Pescaíto fresco


¿Pescao fresco?

¿Pescao fresco?, originally uploaded by sulaco_rm.

Esta mañana me monté en el tren a la hora de costumbre. Lo único distinto es que no llevaba a La Dolorsi conmigo ya que se había quedado en Hilversum pasando el fin de semana en la oficina. Desde el jueves alquilé un coche para ir a Luxemburgo y lo que hice fue ir a la estación en mi quinta bicicleta, la más cutre de todas y una que siempre está en Hilversum. Salí de la oficina y la bici se murió en la misma puerta. Ha sido una muerte anunciada pero igual de puñetera porque me dejó tirado el día que más la necesitaba. Ahora estoy apelando a la lástima de mis compañeros para ver si alguien me regala una cutre-bicicleta en fase terminal que poder usar en Hilversum. Volviendo al asunto, esta mañana fui a la estación con el coche de alquiler para devolverlo y desde allí me dirigía a Hilversum en el tren de las 08.28.

Al no tener mi bicicleta plegable conmigo me senté en la parte convencional del vagón junto con los otros pasajeros. Siempre pasa lo mismo, el tren está medio vacío cinco minutos antes de la partida y cuando quedan treinta segundos aparece una multitud corriendo y se llena hasta la bandera. En la parte del vagón en la que yo me encontraba tranquilamente jugando con mi iPhone apareció una chica que se sentó y se puso a mandar mensajes. No habían pasado ni treinta segundos y me llegó la primera andanada. Lunes por la mañana, primera hora y la hijaputa hedía a pescaíto fresco que no veas, el chichi lo tenía bien sudado y emanaba un aroma intenso que superaba con creces al de una tía-abuela mía que vivía en el Valle de Agaete y que si se te metía en el coche no conseguías quitar el olor a menos que cambiaras la tapicería del asiento.

Sesenta segundos después del comienzo del ataque bacteriológico el hedor era insoportable y mientras ella permanecía impasible, los primeros pasajeros comenzaron a huir y otros trataban de abrir las ventanas para procurar que entrara aire puro aunque lo único que consiguieron fue extender el pestazo que surgía de la zona cero hacia otras partes del tren. Yo fui de los que huyeron, puse dos vagones de por medio y memoricé la cara de la hedionda esa que no solo no se lava el chichi, tampoco se cambia las bragas o los trapos que se pone de ropa. Si algún día se vuelve a subir en el mismo vagón que yo y voy con la bicicleta, os juro que salgo por patas tan pronto como la vea. Un chichi apestoso no tiene justificación alguna de Dios ni de su profeta Mahoma, que me parece a mí que no se trabajó mucho el capítulo de la limpieza porque aquella guarra era musulmana.


5 respuestas a “Pescaíto fresco”

  1. Pero hombre, ¿Es que no sabes que ellas están en el Marranadán y que no pueden lavárselo en un mes?

  2. Yo conocí una, carpetobetonica ella, que apestaba la tía porque según decía no se podía tocar el chisme porque era pecado, y la peste a marisco podrido era la releche!
    Salud

  3. Coño, como han cambiado las cosas, y pensar que en los tiempos de la reconquista eran los árabes los que se lavaban y los cristianos los que «Olían a Santidad»