Pitidos y resfriado


La semana pasada, en el último día que fui a la oficina, no contaba conque se estropeó la calefacción en el edificio y no veas el frío que pasamos allí dentro, que los quince grados de temperatura no son como para estar tecleando sin guantes. Además, como que entre los responsables se empezaron a pasar la pelota unos a otros y nadie hacía nada para resolverlo y el resultado fue una oleada de gente enferma, que yo fui uno de los que el mismo jueves por la tarde tenía ya un resfriado horrendo y opté por cancelar mi entrada para ver la película esa de casi tres horas del panoli gabacho y el viernes, que trabajaba desde mi keli, por la tarde temblaba como compresa de coja sin bragas y eso que tenía la calefacción a todo meter y hasta me puse no uno sino dos polares. Esa noche, además, la putísima ley de Murphy se activó y a las cuatro de la mañana, me despertó un pitido corto pero de volumen alto. Me volví a dormir y tres minutos más tarde, otra vez. Me levanté y supuse que era el detector de humos de la primera planta, así que lo desmonté, mientras moqueaba sin parar y sudaba copiosamente por la fiebre, le quité la pila y me volví a acostar, pero el pitido continuó, a veces cada tres minutos, a veces cada cinco o diez. Por la mañana, a las ocho de la mañana, desapareció. Yo decidí culpar al detector de humos de la planta baja, que tiene una pila que no se puede cambiar y que supuestamente dura diez años y que supuse que me salió rana porque solo tiene dos. En todo el día, ni un pitido. Llega la noche, me acuesto y a las cuatro de la mañana, pitido. Me cagué en todos los muertos de los suciolistas, truscolanes y podemitas. Me levanté y bajé a la planta baja a escuchar, tapado con una manta y seis minutos más tarde, otro pitido y no es allí.

Subí a la primera planta y supuse que a lo mejor era algo con batería en el despacho, así que entré allí pero cuando sonó, era lejos. Por eliminación, tenía que ser el sensor de humos del ático, que desde que pusieron la cagada de ley que dice que hay que poner uno por planta, tuve que añadir el de la planta baja y el del ático. Me acerqué al sitio en el que está la trampilla para acceder al ático y cuando cinco minutos más tarde, sonó, estaba claro que venía del ático. El problema es que la trampilla, cuando la abres y bajas la escalera, hacia un ruido dantesco, a las cuatro y pico de la mañana, así que me tomó como cinco minutos bajar la cosa sin despertar a todos los que viven en mi manzana. Después subí, arranqué la pila del sensor y para evitar el ruido de levantar la trampilla, que es al menos tres veces más fuerte que cuando la bajas, la dejé abierta y me acosté a dormir.

Por desconfianza, al día siguiente, cambié la pila pero dejé el sensor en la primera planta, para poder aplastarlo y destruirlo si volvía a pitar, que no sucedió. Los tenemos que tener por todos lados porque al ser obligación legal, en el hipotético caso de un incendio en la keli, si el seguro no encuentra un trasto de eso quemado por planta, no pagan. Lo que yo nunca he tenido claro es si además la pila debería estar operativa, que estoy por ponerle al del ático una pila totalmente agotada y que sirva de elemento decorativo.

Y me queda la duda de por qué el puto sensor decide pitar solo entre las cuatro y las 8 de la mañana. Aquí se hace de noche a las cuatro y media de la tarde y no amanece hasta las 8 de la mañana y en el ático, en donde no hay ventanas, son veinticuatro horas de oscuridad, con lo que podía haber elegido unas horas más agradables para avisar.

Del resfriado, el domingo ya me había recuperado, el martes volvió a estropearse la calefacción en la oficina y directamente, me marché a laburar en mi keli, que yo no voy a seguir resfriándome en el entorno laboral.


5 respuestas a “Pitidos y resfriado”

  1. Que raro eso del pitido, y el caso es que uno se desvela, y a mi me cuesta mucho volver a pillar el sueño.
    Salud

  2. Que mal que estés durmiendo y te despierte un pitido, que además como no te levantes te va a molestar de nuevo.
    Y lo raro es que no uses un nórdico para dormir, con lo fácil que es hacer la cama.
    La semana pasada también estuve con gripazo y me desperté un día a las seis de la mañana y no sabía si estaba en la cama o en la piscina. Eso sí, a partir de ahí, con todas las toxinas que expulsé se me fueron todos los males.

  3. Uso un edredón fabuloso para dormir, ultra-ligero y que no te recalienta. En Holanda no hay sábanas, salvo las bajeras. El edredón usa tu propio calor para calentarte y por lo general no te despiertas acalorado, sino perfecto.

  4. Pues sinceramente lo de no usar sábana encimera me parece un poco guarrada, las sábanas se lavan facilmente de forma habitual (bueno, al menos yo), el edredón ya es más complicado, y si estás sudando justo debajo….

  5. Las fundas de edredón se lavan tan fácilmente como las sábanas y exáctamente con la misma frecuencia que las susodichas. Poner y quitar la funda toma un minuto, quizás menos. Tengo funda de franela para invierno y otras de algodón para verano.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.