Por Pisa


El relato comenzó en Desde Holanda a Pisa

Como no quiero que la gente me señale por la calle y me digan que hago como Virtuditas, el sábado me levanté bien temprano, me duché y me lancé a la calle en Pisa para ver todo lo posible y más. Eran las ocho de la mañana y la ciudad aún dormía. Pasé por la Piazza Dante Alighieri que a esa hora estaba totalmente vacía y me puse a callejear por una zona en la que está el mercado de la ciudad, o al menos los puestos que ponen en la calle. Yo me imaginaba un mercado enorme y lustroso, al menos al nivel del de Hilversum puesto que la ciudad tiene los mismos habitantes pero me equivoqué. Eran cuatro puestos que daban lástima y con precios más caros que los supermercados. Vendían las castañas a nueve leuros el kilo y las pobres parecían sacadas de un campo de concentración tras una hambruna que no veas. Llegué hasta la Piazza Garibaldi en donde hay una estatua en honor del susodicho y que se considera el CENTRO de la ciudad. Está junto al río Arno y enfrente del Ponte di Mezzo. En esa plaza hay una heladería épica y allí comienza la Borgo Stretto, una de las calles más famosas de la ciudad y peatonal, aunque peatonal al estilo italiano con lo que de cuando en cuando pasaba algún coche, sobre todo porque a esa hora no había mucha gente. La calle tiene algunos edificios con arcos que cubren la acera y que en día de lluvia deben ser muy útiles. En esa calle está la Pasticceria Salza, muy famosa en la ciudad y en la que aproveché para desayunar. También en esa calle está la casa en la que nació Galileo Galilei, el cual, pese a los rumores infundados que le otorgan la nacionalidad truscolana, nació en Pisa. Por esa calle peatonal montan puestos de venta de cosillas y los dueños ya estaban ocupados levantando sus chiringuitos. Pasé junto a la Chiesa di San Michele in Borgo muy bonita por fuera pero al parecer Dios no quería visitantes y estaba cerrada con lo que no la pude ver por dentro.

Seguí por la enorme y bien cuidada Piazza Martiri della libertà en la que se estaban instalando más puestos de venta, estos como de artesanía y me sorprendió la cantidad de mierdas de perro que había en la acera, que convertían el caminar por la zona en un baile por un campo de minas. Esta plaza ocupa la zona en la que en un pasado muy lejano estaba el monasterio de San Lorenzo. En este parque hay un monumento a Leopoldo II del Sacro Imperio Romano Germánico que no está en mi lista de colegas del güazap y no tengo ni idea de lo que hizo en su vida.

Al lado de esta plaza y con su propia plaza convertida en aparcamiento público está la Chiesa di Santa Caterina d’Alessandria, con una fachada fabulosa completada en 1326 en un derroche de mármol que no veas. La nave de la iglesia es enorme y estaba mayormente vacía, pero igual se podían hacer fotos bonitas. En la puerta un pedigüeño intentaba pillar alguna moneda.

Piazza dei Cavalieri

Piazza dei Cavalieri, originally uploaded by sulaco_rm.

Desde allí fui a la Piazza dei Cavalieri que seguramente es el segundo lugar más visitado de la ciudad y que está petada de curiosidades para los turistas. La función mágica y maravillosa del panorama distorsiona un poco el concepto pero nos permite ver muchos de esos edificios y el mercadillo que había en el lugar. En esta plaza, la noche anterior, había un botellón como los que se hacen en España de gente joven, supongo que estudiantes universitarios que no tienen presupuesto para pagarse copa en bar con derecho a sentarte. En la foto y mirando de izquierda a derecha tenemos el precioso Palazzo della Carovana, la imponente Chiesa di Santo Stefano dei Cavalieri, la cual no estaba abierta en ese momento pero que pude visitar más tarde y que es preciosa por dentro y realmente merece la pena ir a verla, el edificio della Canonica, el Palazzo del Consiglio dei Dodici y justo detrás de mí estaba el precioso Palazzo dell’Orologio y la estatua del granduca Cosimo I, que se quedaron fuera del panorama pero que tengo en otras fotos que algún día quizás veréis.

Piazza dei Miracoli

Piazza dei Miracoli, originally uploaded by sulaco_rm.

Desde aquí regresé a la Piazza dei Miracoli para tener fotos mañaneras de la torre inclinada y el resto del complejo y como se puede ver en la foto, teníamos un cielo de rescándalo. El lugar padecía el asalto de varias excursiones chinas y la mayor parte de los colegas tenían un iPhone 6 o un MEGA iPhone 6 (el modelo PUS). Increíble como los chinos venden en España la morralla de la mala y después ellos prefieren la calidad, el estilo, la simplicidad y la elegancia de los mejores teléfonos del universo conocido. Me compré la entrada para tres monumentos y pasé profundamente de subir a la Torre inclinada porque ya estuve hace poco tiempo y no me motivaba. Regresé al Baptisterio, simple y precioso y en el que una vez estamos todos dentro un chamo hacía como gárgaras o gritos espeluznantes para demostrar el eco o algo así, parece que es parte de la demostración porque no nos dejaban salir aunque a mí me la sudaba profundamente lo que estaba haciendo el chamo.

Interior del Duomo di Pisa

Interior del Duomo di Pisa, originally uploaded by sulaco_rm.

Con la entrada a los tres monumentos te dejan entrar en la iglesia de gratis (que es un decir porque has pagado ocho leuros por ir a ver los otros) así que entré nuevamente a ver el Duomo di Pisa lo cual me recordó el curro que me pegué procesando las fotos de la visita anterior para eliminar de las mismas al marico hechichero de Ginebra, bestia deleznable que solía leer la mejor bitácora sin premios en castellano hace casi una década. Como la catedral la tengo muy vista, fui a lo que realmente me interesaba que es el Camposanto Monumentale, una especie de edificio-cementerio tuneado con mármol del bueno y del que algunas lenguas dicen que es el cementerio más bello del universo conocido y construido sobre tierra santa que se trajeron de un viaje de rapiñado y que obviamente se quedó allí porque no tienen a mi mucama, que es un pedazo de profesional y no hay polvo que perdone. El pedazo de cementerio en realidad solo tiene ochenta y cuatro residentes y tiene muchos frescos en las paredes. Merece la pena verlo y me alegro de haberlo hecho.

También entré en el Museo delle Sinopie en el que están los originales de varios de los frescos del Camposanto Monumentale y que se visita rápidamente. También fui a una exposición gratuita (si tenías entrada) de un artista rarito del que hay una estatua en los jardines junto a la loba con los gemelos romanos y desde allí regresé al hotel para dejar la habitación y recoger mi mochila. Después volví a la Piazza Garibaldi y en la heladería la botttega del gelato me jinqué un helado que estaba de cagarse por las patas pa’bajo. Crucé el Ponte di Mezzo y además de hacer otra ronda de fotos del río Arno también retraté el Palazzo dell’Orologio, el cual tiene una bonita torre y está al lado de la Logge dei Banchi, edificio con la planta baja con un pórtico abierto en el que en el pasado había un mercado y que hoy en día solo se usa para que se sienten los turistas y para un mercadillo de antigüedades una vez al mes.

Desde allí básicamente seguí el Corso Italia, que también es calle peatonal y en la que hay muchas tiendas de esas que están en todas las ciudades europeas y en donde había una cantidad desproporcionada de pedigüeños, pero realmente una cantidad escandalosa. No creo que hubiesen más de cinco metros entre uno y el siguiente en cada lado de la calle. En este recorrido pasas junto a la fachada de bonitos edificios, alguna iglesia (que estaba cerrada) y al final de la misma se llega a la Piazza Vittorio Emanuele II, grande y de forma ovalada y en la que hay una estatua del chamo recién mencionado. En esta plaza y en uno de los edificios hay un mural masivo de Keith Haring que se llama Tuttomondo y que me dejó helado pero es que a mí cierto arte no me entra ni a bofetones. Entré en un supermercado que hay por allí para agenciarme un kilo de harina 00 y un kilo de castañas y después me acerqué a la estación de tren, compré mi billete y busqué el andén 2 ovest, el cual está a la derecha del andén 1 de la estación con lo que en realidad debería ser el 0 pero como los italianos son maestros de la confusión, lo han llamado así para que todos vayamos corriendo al 2 y no encontremos nuestro tren. Desde allí tomé el tren para ir a Lucca, era más o menos la una de la tarde y como esto se ha alargado mucho, continuaré el relato otro día.

El relato continúa en Explorando la ciudad de Lucca

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