Desde el viernes, mi portátil del laburo comenzó a apagarse solo, de repente, súbito, instantáneamente. Me sucedió un montón de veces durante el día y llegó un punto que hice una llamada a los de soporte técnico de la empresa, que me dijeron que lo reseteara dos veces y tal y tal y cuando entraron remotamente, de repente se pierde la conexión y le explico al chamo que se acababa de apagar. Estuvieron toda la tarde mirando en sus entrañas, echando las cábalas, haciendo esto y lo otro sin que se arreglara. El lunes el portátil seguía petando pero en la oficina, consiguió funcionar todo el día y la única diferencia es que la fuente de alimentación allí es más potente. Hoy por la mañana, camino del laburo, en el tren, se me ocurre encenderlo para ver que tal va y se apaga tres veces en cinco minutos. Llego al laburo, me voy al de soporte técnico, que estaba allí, se lo pongo en las manos, lo enciende y antes de que pueda recitar rápidamente truscoluña no es nación, se le apaga. Montan un Sanedrín para consultarse entre ellos y deciden que hay que cambiarlo y me mandarán uno super-hiper-mega urgentemente, tanto que me llegará mañana a mi keli, pero después, como está todo el mundo de vacaciones y no hay gente en la oficina, hasta la semana que viene no me lo pueden acondicionar, así que podré acariciar y susurrarle cosas lindas al nuevo portátil labural, pero no lo podré usar, lo cual me da la excusa perfecta para tocarme los mondongos durante el resto de la semana, que cuando se apague, yo lo consideraré trabajo y punto.
A todas estas, ayer me llama un colega y me dice que echaron a un rumano que era como un gitano español, pero clavadito. El tipo ya se le veía chanchullero y marrullero pero es que al parecer robó herramientas, lo negó como Judas, no una, ni dos, ni tres veces, este lo negó treinta y tres veces y ni siquiera lo renegó cuando le enseñaron los vídeos del aparcamiento del edificio y como salía él con lo que desapareció y lo metía en su coche, que se ve clarito en los vídeos, así que le dijeron que entregara su ordenador, su teléfono y su pase y lo mandaron a tomar por culo cuesta abajo, en despido que carece de paro. El tipo demostró tener menos luces que un agujero negro, que de haber aparcado su coche en el otro lado del edificio, podría haber sacado las cosas y meterlas en el mismo sin cámara alguna, pero es que tenía el coche a cinco metros de una de las cámaras. El rumano ese ya había tenido agarradas con varios en el lugar, al parecer se traía alcohol y se emborrachaba mientras trabajaba y a sus compañeros les debía parecer bien porque nadie se quejaba. El empleado más indignado con tremenda injusticia es el joputa terrorista-islámico turco de mi grupo, que se ha convertido en su defensor, hasta que uno le preguntó si lo defiende tanto porque él también roba y salió por patas, que a él ya le dieron un toque porque se traía al hijo después del colegio al trabajo y el chiquillo jugando rompió una máquina que costaba un pastizal, por no mencionar el pequeño detalle que el seguro de la empresa no cubre accidentes de niños de empleados en el lugar de trabajo, en el que están prohibidos, con lo que si llega a pasar algo, le cae a la compañía un paquetón de cojones.
Para mí que todo esto son los efectos de los calores de agosto, que están siendo brutales.
Una respuesta a “Portátil y demás”
Si, ahora se ha puesto de moda responsabilizar de todo lo negativo del mundo mundial a los calores… 🙂
Salud