Preparándo-me


Pasan los días y cada vez estoy más cerca de pirarme a bucear a las Maldivas y en estos días, hago todos los preparativos. Hoy me tocaba visitar el centro de vacunación para que me empetaran la vacuna de la fiebre tifoidea, que esa solo dura tres años y se me había caducado el año pasado y aunque no es obligatoria, está recomendada para ese país, igual que para truscoluña, lugar que no se debe visitar sin unas cuántas vacunas que te protejan de la exposición prolongada a los truscolanes, raza repugnante que es conocida por portar todo tipo de virus y bacterias. Otro tema del que también me he ocupado es de averiguar si se cobraron la cuota para mi seguro de buceo, que lo hicieron y ya tengo la factura por si me la piden, que uno no se mete bajo el agua sin la certeza de tener cubiertos los gastos, si es necesario, que esperemos que no lo sea. Una tercera cosa que yo hacía desde mis tiempos africanos y que prácticamente nadie hace en España o en los Países Bajos, es apuntarme en el archivo del ministerio de Asuntos exteriores, que saben que estaré en ese país, los días que estoy y la zona en la que me moveré. De esa forma, en el improbable caso de que suceda algo, pueden ofrecerme su ayuda directamente, pueden contactar conmigo y localizarme. La gente siempre espera que sus embajadas muevan cielo y tierra para ayudarlos pero lo cierto es que es muchísimo más sencillo informar al gobierno de dónde estarás de vacaciones y ellos te mandarán mensajes o correos o te llamarán si es necesario. De todos mis viajes, recuerdo que cuando hubo el golpe de estado en Tailandia, yo estaba en el país y en todo momento estuvieron al loro de mí, me pedían actualizaciones diarias y hasta me sugirieron cambiar mi itinerario. Cuando unos años más tarde estaba en las Filipinas, creo que en mi segunda visita, que coincidió con unas elecciones generales en las que hubo algo de violencia, de nuevo me sentí más seguro ya que ellos me informaban a diario de lo que sucedía.

Una cosa que me tiene fascinado y de la que culpo a truscolanes, podemitas y suciolistas es la desaparición casi por completo de la compra-venta de dólares. Antes podías ir a oficinas bancarias y comprar dólares a buen precio. Eso ya no existe. Mi banco no los vende y tampoco ninguno de los otros bancos neerlandeses. Todos te dicen que vayas a las oficinas de travelex y que los compres allí. Al haberse convertido en un monopolio, de hecho, si miras el precio que te dan tras todas sus comisiones, básicamente te cobran un diez por ciento en comisiones y compras dólares a precio de leuro, con lo que miraré en el aeropuerto de Zurich o al llegar a Malé y si no, pago con la tarjeta, que sé que me cobran una comisión del cuatro por ciento que sigue siendo más barata que el diez por ciento de esos ladrones.

Como viajaré con equipaje de mano, aunque podría facturar, pero cargar es de mulas y yo voy a pasar el día en bañador y bajo el agua, con lo que estoy sobradísimo con un mínimo de ropa, el problema lo tengo con los productos como pasta de dientes, que tengo una capacidad limitada o los tengo que comprar allí, así que ya tengo algunos de esos productos en envases pequeños y me falta comprarme botellitas para el champú. La parte más importante de mi equipaje es la memoria para hacer esos vídeos maravillosos y no veas como avanza el universo, me llevo prácticamente un giga en memorias y grabaré en calidad 2.4K para tener unas treinta horas de video, que deberían ser suficientes para 34 inmersiones, o quizás sean treinta y cinco. Cuando ya hayan pasado unos días si veo que no grabo tanto, podré subir la calidad de los vídeos a 4K, aunque realmente no vale la pena porque después en el llutuve están a una calidad roñosa de 1080p, que es lo más que te dejan a menos que les pagues, que yo no lo haré. Entre las cosas que tengo pendientes también al llegar está el comprarme una tarjeta SIM local para tener el teléfono operativo durante las dos semanas, que las Maldivas están en la lista del te-vas-a-cagá en la página de mi operador móvil y te pretenden vender 100 megas de datos por cincuenta leuros.

Me he comprado una lycra negra finísima para bucear y usaré el bañador de pantalón porque el agua por allí está a treinta grados y paso, paso y paso de ponerme trajes de buceo, que son un coñazo y después no puedes mear tan a gustito en el mar como hacen los peces.

Me falta sentarme un par de tardes y añadir todo el contenido que dejaré en el mejor blog sin premios en castellano, aunque pienso aprovechar las tardes allí para escribir los sucesos del día e ir contándolos durante la semana, como he hecho en otros viajes.


Una respuesta a “Preparándo-me”

  1. Menos en lo de la lycra, que envidia más mala… y yo aquí que no me llegan las horas con la cantidad de curro que tengo esta temporada…

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