Hoy muchos se preguntan por qué ayer fuimos una mayoría los que votamos que NO, NO y NO al acuerdo con Ucrania. En mi caso fueron siete votos al NO, NO y NO ya que arrastré al Rubio y su Primera Esposa, al Moreno y su Primera Esposa y a mi vecino y su Primera Esposa que también es mi vecina. Todos sabíamos que los borregos no iban a votar, que los acarajotados no iban a votar y que el populacho, el ganado ese que sigue a cualquier pollaboba que los engaña, no iba a votar. Hay multitud de razones para oponerse al acuerdo y entre ellas tenemos las sospechas más que fundadas que fue el propio ejército de Ucrania el que tumbó el avión malayo para asegurarse la atención internacional y defenderse de Rusia, tenemos que el presidente de Ucrania es un matón, un joputa, un criminal y una persona cuyo nombre jamás puede ir en una frase con la palabra bueno y también y más importante porque no quiero morir y que después, la estúpida y caótica burocracia europea descubra que esos huevos que comí en aquel bar o aquella carne venían de granjas que no están sujetas a ninguna ley sanitaria europea. Un buen ejemplo es el de los huevos. Nosotros ya hace años que prohibimos las granjas de gallinas en jaula y los huevos con un 3 al comienzo de su identificación no existen y en Ucrania es algo totalmente legal, por no contar que se la suda muy mucho lo que les den de comer a las gallinas, que puede incluir e incluye en el pienso carne de las gallinas que han muerto en el lugar y lo que es peor, Ucrania no tiene ningún tipo de ley para el reciclado de las baterías y los productos extremadamente tóxicos que contienen, acaban en la cadena alimenticia. Abrir tu mercado a un criminal al que se la trae al fresco las garantías sanitarias del resto es una locura. Para los más lerdos, recordarles que Chernóbil y sus barriadas periféricas son terrenos en Ucrania.

Así que lo que realmente nos queremos preguntar es si queremos seguir vivos o reventar podridos porque nuestros políticos son unos comemierdas a los que se las suda que la próxima vez que te comas un producto elaborado con pollo o cualquier otra carne o verdura que viene de un país sin escrúpulos, te envenene.

Mejor no hablamos de los niveles bíblicos de corrupción de ese país, a la altura de Venezuela. Supongo que hasta el rastrero politiquillo ese de la coleta y lengua venenosa recibirá dinero de ellos ….