San Sulaco de Hilversum (segunda parte)


Si has llegado a esta historia por esos misteriosos caminos del Señor, te sugiero que te leas primero la primera parte.

Como decía, 72 horas más tardes hay una grúa elevadora aparcada por allí, un montón de obreros y un par de operarios subidos en la grúa junto a la primera farola. Después de media hora, cambian el bombillo y SE HIZO LA LUZ. Se dirigen a la segunda, cambian el bombillo y SE HIZO LA LUZ TAMBI?N. Repiten el proceso en la tercera y la cuarta farola con el mismo resultado. El famoso cortocircuito de los cables quedó en una mera subida de tensión que fundió unos cuantos bombillos.

Mi jefe me puso en la copia oculta de un correo que mandó a los del departamento de mantenimiento (Location management) con copia a todos los jefazos habidos y por haber en la empresa agradeciendo su rápida intercesión. En el mismo correo pude ver que era el segundo que mandaba. En el primero se dirigía a la misma gente y les contaba mi patético caso y como yo estaba dispuesto a sacrificar mi vida por la empresa.

La noticia corrió como la pólvora por la compañía. Es lo malo del correo electrónico, que la gente tiene el dedo muy suelto para re-enviar. Así que aunque no se me nombraba, todo el mundo supo que lo de las luces era cosa mía. Las conversaciones de la máquina de café tienden a exagerar las cosas, así que lo que fue una mera petición se convirtió en una lucha titánica contra la oligarquía regente en la compañía que acabó con mi victoria.

Un par de días más tarde me veo un tío en la puerta de mi despacho. Uno que saludo cuando lo veo por los pasillos, pero al que no conozco de nada. El hombre venía con las manos por delante, lo cual ya me mosqueó un poco. Era la típica actitud de pedidor oficial, la misma que uso yo. El hombre, toca con los nudillos en la puerta y dice: «Con su permiso señor Sulaco, si tiene a bien de recibirme«. A mi compañero de despacho se le cambó la peluca y yo me quedé blanco como la nieve. Le dí la venia para que pasara y el hombre entró. Mi compañero de despacho, que es muy insensible para estas cosas, salió cagando hostias y se piró. Nos quedamos yo y el desconocido en la habitación, con un silencio que acojonaba.

El hombre comenzó a hablar: «Mire ustéd, que me gustaría que intercediera por mi y por mis compañeros que aparcamos en el aparcamiento frente al edificio KO-A, el que se cerró el año pasado tras la reorganización«. Aquí yo asentí con la cabeza (o con ese pedazo de cabezón que Dios me ha dado). «Es que me han dicho que usted consigue estas cosas y a nosotros no nos han hecho caso hasta ahora y tenemos el mismo problema que su excelentísima excelencia. No hay iluminación para ir a ese aparcamiento«. Le di todo mi apoyo espiritual y espirituoso y le prometí que usaría mis contactos con los jerarcas de la empresa y que vería lo que se podía hacer. Se lo comenté de pasada a mi jefe y al día siguiente me dijo que no iban a encender todas las luces del aparcamiento, porque sería un derroche, pero que al menos se pondrían las que permitían llegar al mismo desde nuestro edificio (KO-C). Dicho y hecho. Ese mismo día habían luces para ir al aparcamiento.

Ese fue el día en que alcancé la santidad. Desde la limpiadora hasta la secretaria más pudiente, todos comenzaron a mirarme como si yo fuera el sucesor de Teresa de Calcuta en versión folclórico-canaria. Y comenzó a venir gente a mi puerta a pedirme polladas. Así que dado que algunas son muy fáciles de hacer, he puesto dos horas de consulta los martes y jueves y ambiento las sesiones con la banda sonora de «La Misión» que es muy folclórica y se presta para estas cosas. Ha sido todo un éxito. La gente viene, me cuenta lo que quiere y yo mando el correo. Y como la fama me precede y me sucede, el receptor del mismo hace lo que le pido para evitar mi ira.

Así que sin comerlo ni beberlo me he convertido en San Sulaco de Hilversum.

¡Ay que ver las cosas que le suceden a uno!

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9 respuestas a “San Sulaco de Hilversum (segunda parte)”

  1. Podrías ponerme autobuses mas frecuentse, es que si pierdes uno, esperar media hora a 0 grados pica… gracias excelencia

  2. Eres un crack. Pero cuidado porque convertirse en el salvador de los proletarios puede volverse en tu contra :-). Ya sabes que los poderes fácticos siempre acaban por machacar a la plebe.

  3. Kike: El manual del Santo Profesional publicado por la biblioteca vaticana estipula claramente que un Santo ha de tener su área de milagros perfectamente acotada, para no molestar el trabajo de otros santos. me remito a la historia: Santa Teresa de Jesús, levitando en su convento. Seguro que no has oido de milagros de ella fuera de allí. Santa Cecilia, sólo hace milagros en conservatorios, auditorios y tiendas de instrumentos musicales. Santa Rita, sólo imposibles. Así que mi área de influencia es la valla que separa mi empresa del universo. Sólo hay una excepción a la norma de delimitación milagreril: Escribá de Palangana, el santucho de la mafia Opusdeiana, cuyo único milagro ha sido la desaparición del dinero que roban a los incautos. Sin embargo, se le beatifica comprando testimonios de supuestos milagros a base de talonario. Con ese ajustaré cuentas en el cielo, pero ya he presentado un par de reclamaciones en la OCU para que se vayan enterando.

  4. Til y Jean: No hay problema con lo de los comentarios. Hay dos filtros anti-spam instalados y si detectan que mandas más de dos comentarios en un cierto período de tiempo, te marcan como sospechoso y entonces no se publica hasta que ha sido autorizado. Es un poco jodido, pero nos salva de los cientos de spam que he recibido en las últimas semanas. La foto del padrino me recuerda que tengo que contar algo parecido que me sucedió cuando estuve en los Estados Unidos este año. Un día de estos lo escribo.
    Jean: Paso del proletariado. Yo sólo hago milagros en el trabajo, y sólo porque mi empresa paga la nómina, que si no los iba a ser Ritita la cantadora.

  5. Me tendré que buscar un santo autoctono, y desde luego al Palangana ni acercarse, que dicen que todo se pega. Yo creo que el más autoctono de aqui es San Nicolas, es decir Santa Klaus… Papá Noël!! Vive en Groenlandia, territorio autonomo del reino de Dinamarca, por lo que Papá Noël es Danés, al menos de pasaporte.

  6. yo me pido para reyes un hd de 320gb, en caso de que no se pueda, y dado que ya tengo mi flamante nuevo reproductor mp3 de 512mb, con grabador de voz, radio, etc ;), me conformo con el zelda wind waker y el mario party 5 para GameCube
    joasjoas 😀