Silent Hill: Revelation


No termino de imaginar como puede ser la retorcida mente del distribuidor que decide estrenar una película de terror en año nuevo. Noviembre es el mes del miedo, lo pueden apurar hasta principios de diciembre pero enero es la época del cine de filmoteca, de las películas nominadas a los Oscars y de todo lo alternativo y musical. Encajó perfectamente en mi sesión doble del pasado jueves y de hecho fue salir de una sala, recoger la entrada y sentarme a ver la siguiente película en un cine completamente lleno, algo que achaco también a las vacaciones navideñas ya que normalmente estas películas las veo más bien en salas medio vacías. Se trata de la continuación de Silent Hill, película que vi en el año 2006 y que surgió de un famoso video juego con el que seguro que casi todos nos hemos echado unas partiditas. La nueva se titula Silent Hill: Revelation y al parecer en España no tiene fecha de estreno y es más que probable que nunca llegue a los cines y vaya directamente al circuito de alquiler/venta y televisión.

La niña julay de la primera regresa a Mordor a buscar a la Orca que la parió y allí conoce a un montón de chusma y gentuza de las tierras medias

La niña de la primera historia es una adolescente más bien rara que parece que ve muertos o cosas extrañas y que deambula por los mundos de Dios con su papuchi, el cual sigue intentando salvarla y que no regrese a Silent Hill. En el colegio conoce a un chamo que le produce palpitaciones en la pipa del chichi y cuando su padre es apresado por la miasma y gentuza de la colina silenciosa, se va para allá con su chamo a rescatarlo y poner los puntos y las comas en su sitio.

Todo el encanto que tenía la primera parte aquí se ha perdido y parece que la han hecho solo para aprovechar el 3D y poder sacar un dinero extra con el mismo. El guión es patético, incoherente, sin una historia clara y con unos diálogos que alguien tendría que denunciar a los picoletos para que los enchironen. La protagonista es una tal Adelaide Clemens que está claro que si ha estudiado interpretación ha conseguido no aprovechar las clases porque chirría y apesta que no veas y da tanta lástima que de verdad le deseo que sepa chupar penes para que al menos se pueda ganar la vida con eso. A su lado pusieron a un mueble bar llamado Kit Harington que compite con ella en frases estúpidas, en caras absurdas y en tener siempre en la boca la palabra equivocada. Al parecer esta es la primera película que hace y con algo de suerte será también la última. Hay que reconocer el mérito del director y los guionistas para hacer una película de noventa y cuatro minutos de terror y conseguir que ni un solo nano-segundo de la misma de miedo o que haya un puto susto que te haga saltar de tu asiento. Esto es más aburrido que mirar a otra persona mientras hace una aventura gráfica. No hay nada salvo la desesperación de los espectadores por llegar al final. El tipo que se sentó al lado mío no superó el primer cuarto de hora y se pasó la película chateando con su móvil. Detrás alguien dormía a pierna suelta y el resto hablaba y se ocupaba de sus cosas disfrutando del calorcito que había en la sala. Que triste que la primera película de terror que veo en este 2013 vaya directa al cajón de las putas mierdas del copón.

Si eres miembro del Clan de los Orcos y este engendro se llegara a estrenar en tu ciudad seguro que tendrías una enorme tentación por convocar al clan e ir al verla pero tendrás que lugar contra esa tentación y ser fuerte o de lo contrario los otros no te lo perdonarán mientras vivan. No se la recomiendo ni a mis enemigos.

01/10

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