The Amazing Spider-Man


A lo largo de los años (y van siendo muchos) he comentado cientos de películas. Existen muy pocas que me repelan lo suficiente como para evitarlas y así sin pensarlo demasiado, solo me vienen a la cabeza las del señor de los Julandrillos y mierda-libros del mismo escritor y las de Michael Mann, que hace unos trullos que no veas. Entre las novecientas setenta y ocho anotaciones que pertenecen a la categoría de Cine en esta bitácora (sin contar esta última), todos los que han hecho sus deberes y se las han leído todas saben que hay dos que brillan con luz propia. La primera es un documento legendario que vio la luz en julio del año 2004 en la anotación Spiderman 2 y la segunda apareció en mayo del 2007 en la anotación Spider-Man 3 ? Spiderman 3. Las tres películas que conforman esa trilogía me parecieron una MI-ER-DA, con tres sílabas porque hay que decirlo despacio para que la gente capte el concepto. De entre todo lo malo que había, el comemielda de Tobey Maguire brillaba como una supernova de lo malo que era y aún no ha nacido el actor ni en este ni en otros universos paralelos y perpendiculares, conocidos y desconocidos que pueda siquiera aspirar a quitarle el título de Peor actor de todos los Universos. El tío es tan malo que produce dolor en las corneas de los ojos verlo en pantalla y siempre quise pensar que como algo bueno tiene que tener, seguro que chupando nabos es un campeón. Parece que no fui el único al que le disgustó porque no lo he vuelto a ver en una pantalla, algo que agradezco enormemente. Regresando al tema, alguien tuvo un momento de inspiración y decidió que era hora de comenzar de nuevo y lo primero que pensé fue que tendría que volver a sufrir otra vez con una mierda de película y ese fue el espíritu con el que entré en el cine, sintiéndome como un cerdo que está a las puertas del matadero. Si en algún instante creísteis que hoy tendríamos otro desahogo de mala lefa, os digo y os cuento que no va a ser así porque la película me gustó. Estoy hablando, por supuestísimo, de The Amazing Spider-Man, película que se estrena la semana que viene en España y que por la crisis tan grande que hay, ni siquiera hubo guita para traducir el título y el distribuidor asume que hasta el Orco más lerdo asombrosamente sabe lo que significa.

Un julay chiripitiflaútico lefa que no veas

Un chaval descubre una vieja cartera con documentos de su desaparecido padre y cuando empieza a indagar acaba montando un pitote después de contagiarse de algún tipo de movida genética y ayudar a un chamo para que hiciera lo mismo pero diferente. Mientras todo esto sucede, sus tíos las pasan canutas, se enamora de una chama y ha de salvar al mundo y al universo desconocido.

Cuando la película ya había pasado el punto medio, en un instante de esos de cámara moviéndose sin que pase nada una de mis subrutinas cerebrales indagó al resto y descubrí horrorizado que me estaba gustando, que el guión es bueno, la historia está muy bien pensada, con una trama que se puede entender y seguir y que no supone una alienación de los espectadores y lo más increíble, que Andrew Garfield es un pedazo de actor y hace que su personaje sea algo más que una imagen estática de cómic. Es una gozada verlo transformarse en el hombre araña y sus dudas sobre el papel que le ha tocado interpretar. Tiene un montón de química con Emma Stone, chica a la que he visto en varias películas pero que no había notado hasta ahora. Junto a ellos hay un equipo excelente de actores en papeles secundarios que enriquecen la historia y con sus pequeñas tramas la complementan.

La película hace un muy buen uso del 3D y en este caso da gusto por la de saltos que da el hombre y como lo sigue la cámara por las calles de la ciudad, todo un lujo. la música está muy bien puesta y las escenas de acción son fabulosas. En resumen, que pese a que esperaba llevarme un disgusto épico, tengo que reconocer y reconozco que esta versión de Spider-man es buena y que me apunto desde ya a las siguientes que hagan.

Resulta obvio decir que cualquier miembro que se precie de serlo del clan de los Orcos la debería ir a ver. Los intelectuales se pueden poner sus gafapasta y gastar sus ojos con algún tostón de libro de esos que tienen hasta más de cien páginas.


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