The Last Sign – La última señal


No se puede acertar siempre. En uno de los frecuentes pallufos con los que bleuge me premió en mi pasado viaje a Gran Canaria, visto que no pensaba aparecer por la ciudad para vernos miré la cartelera y vi que había algo que quizás estuviese bien, algo llamado The Last Sign o La última señal en cristiano. Ya puestos compré mi entrada con mi carnet de estudiante que me otorga un descuentillo y me senté en la sala.

La historia es la típica que hemos visto una y mil veces. Una viuda julay con el chichi irritado por la falta de uso y abuso del mismo y con dos niños agilipollados se encoña con el vecino francés y se dedica a darle besos negros entre espasmos del fantasma del hijoputa alcohólico de su marido que no soporta que otras salchichas le tapen el cerolo sexual a la penca de su esposa. Después de un huevo de tiempo la julay, el gabacho y los chiquillos se pegarán tiros de gofio y serán felices y comerán hamburguesas entre estertores fantasmales.

La cosa viene a ser un megamix de todas las películas de fantasmas y coñas sobrenaturales de los últimos años. Todo aderezado con un cacho de carne francés que es la principal novedad, ya que habitualmente ella es la chachona y la que recibe todo el bla bla bla pero en este caso la tipa se pone cachondísima cada vez que el francés se quita la camisa en plan chaval de anuncio de Cola Light. Por lo demás todo está más visto que las tetas de Pamela Anderson, no hay grandes sorpresas, nadie sobresale por una actuación de esa de las que te ponen lágrimas de cocodrilo en los ojos y después de unos minutos ya ni te acuerdas de la película. Es lo que hay.

Así que si te apetece practicar en tu sofá te sugiero que esperes a que salga en vídeo o la den por la tele y si realmente sientes la necesidad imperiosa y acuciante de ver esto, entonces tómate un nolotil, fúmate un porrillo antes y llévate una buena almohada al cine.
gallifante

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