The Polar Express


Hoy tenemos una peli que reestrenaron en diciembre en los Países Bajos por aquello de poner varias de Tom Hanks en los cines aprovechando su nueva peli y sucedió que está es una que no me sonaba para nada, pero que para requetequeteque-nada de haberla visto. Es del año 2004 y por esa época yo aún no tenía el abono ilimitado, con lo que es muy posible y probable que la evitara porque había mejores cosas en cartelera y me la traía al fresco. Aprovechando su regreso a los cines, fui a ver The Polar Express, que creo que se estrenó en España con el mismísimo título porque les dio pereza titular la truscoluña no es nación, que habría sido una traducción más exacta.

Un julay se monta en un tren que pasa por la puerta de su keli y se va pa’l quinto coño.

Tenemos que un niño que sospecha que sus padres son los que ponen los regalos de Navidad o algo así se despierta por la noche con el ruido de un tren que pasa por la calle delante de su keli y claro, él sale y se monta y resulta que el tren va para el Polo Norte o algo así a ver a Papá Noel. En el tren hay otros niños que como él como que no creen mucho en el concepto, hay un revisor que es un pejigueras, un chamo rarito en el techo del tren y para cuando llegan al Polo Norte ya están todos enralados y asisten a la ceremonia de encendido del árbol de Navidad, que al parecer y por motivos que escapan a mi desconocimiento, allí se enciende cinco minutos antes que Papá Noel se pire a repartir los regalos por todos los trabajadores malpagados y sin vacaciones que tiene allí

Esto es otro experimento de Robert Zemeckis, en este caso con animación hecha sobre actuaciones de actores, con lo que Tom Hanks es perfectamente reconocible, aunque lo vemos en una versión animada. Es un cuento navideño para niños, tampoco tiene mucho más, tienen una historia simple y simplona y aquí el continente es muchísimo más importante que el contenido, el director estaba fascinado con lo de la animación esa y realmente la película se la traía al fresco y todos los personajes son muy planos y de alguna manera prescindibles. No ayuda el fantasma sobre el tren, que no se sabe muy bien que pinta por allí. La película tiene abundancia de volatadas y en muchos momentos patina por ser demasiado infantil, pero tampoco es que la odies, simplemente, que no acaba de capturar nuestro interés. Para cuando acaba, con todos esos niños que se han pasado la noche en vela y son super-hiper-mega amigos y no se van a volver a ver nunca más, todos se acuestan a dormir y sanseacabó.

Un miembro del Clan de los Orcos plenamente desarrollado y en toda su gloria odiarán esto con ganas. Tampoco creo que la animación impresione y guste a los sub-intelectuales con GafaPasta.


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