Los diarios del ron – The Rum Diary


El ritual de ir al cine es un gran acto de fe. Cuando compras la entrada y te sientas en tu butaca, no sabes si todos y cada uno de los que han trabajado para crear el producto han dado lo mejor de sí mismos y si por alguna extraña magia que no se puede explicar, se ha producido el milagro y conseguirán transportarte a otro mundo y hacerte vivir una historia durante un par de horas. Es magia. Eso es el cine y la magia se puede disfrutar a cualquier hora, así que últimamente frecuento las sesiones matinales, más tranquilas y con el cuerpo todavía fresco tras una noche durmiendo. La semana pasada fui a ver The Rum Diary, película que no tiene fecha de estreno en España aunque visto el cartel, seguro que acaba por llegar (Actualizado: se estrena a principios de mayo con el título de Los diarios de Ron ya que al parecer el distribuidor es mongólico y no sabe que no es una persona sino una bebida y lo ha puesto en mayúscula).

Un julay con graves problemas de adicción a todo lo habido y por haber, comienza a trabajar para un periodico en Puerto Rico y se jode la vida pero que bien

Un periodista que aunque lo intenta es incapaz de escribir una novela, viaja a Puerto Rico para trabajar para un periódico local. Allí se encuentra con un puñado de perdedores y otro de hienas y entre unos y otros intentará apechugar y salir para adelante mientras las cosas se complican más y más y malvive mayormente borracho.

Siguiendo con la tanda de películas que aprovechan el relajo tras el periodo de vacaciones navideñas para ocupar las salas, hoy llegamos a una que tenía todas las cartas para ser uno de los peliculones del año y que sin embargo, no dio el tipo. Por el trailer, te imaginas que estás ante una joya en bruto y con un cartel de quitar el hipo pero bueno, es lo que hay y supongo que parte de la culpa la tiene Johnny Depp que está pasadísimo de vueltas y resulta mayormente patético y en algunos momentos molesto hasta picar. Supongo que se equivocó de píldoras y se le cruzaron los cables y se debió creer que seguía haciendo el papel del pirata y eso fue lo que hizo. A la confusión que parece existir se une Aaron Eckhart en un papel despreciable y en el que consiguieron que parezca alguien recitando algo que se ha aprendido de memoria.

La película tiene una historia interesante pero falla estrepitosamente en la manera de contarla, aburre por momentos, tiene instantes brillantes pero que quedan aplastados por la mediocridad que los rodea y por más que lo intentaron, no consigue ni sorprender ni atrapar la atención de los espectadores y así no es raro ver que muchos ni esperaron al final y se marcharon al rato de comenzar. Yo fui de los que llegó hasta el final y aunque no puedo decir que es una película mala con ganas, es sencillamente una historia más del montón y no será recordada.

Algunos miembros del Clan de los Orcos pueden caer en la trampa e ir a verla visto el protagonista principal y se enfurecerán cuando descubran que no es el tipo de cine que ellos (ni yo) pueden procesar y apreciar. Yo te diría que la dejes pasar y te esperes a que la pongan una tarde de domingo a las cuatro y te pegas una siesta de escándalo mientras la ves por la tele.