Tripitiendo con Kakaban


Después de las épicas inmersiones que hemos hecho en Barracuda Point, todos en los dos barcos tenemos claro que en ese lugar es donde más nos divertimos, en una misma inmersión vivimos entre quince o veinte minutos de pura acción a veintipico metros de profundidad viendo tiburones grises y de punta de aleta blanca enormes, viendo bancos de barracudas y bebés de tiburón escondidos bajo los corales mesa, después sigues el camino y te tropiezas con peces Napoleón enormes y comienzas a bucear junto a una pared llena de corales y peces y otras maravillas y por eso, los malayos y los niños canadienses se pasan el día llorando para que pida que repitamos y conseguimos ablandar el corazón de los que llevan el centro de buceo y programaron los dos barcos para volver a Kakaban.

Por la mañana, desayuno a las siete, como siempre y allí ya nos conocemos todos así que aquello es un campo de batalla tirándonos puyas. Lo vuelvo a repetir, en estos sitios, se crean vínculos con la gente que está haciendo la actividad contigo, es imposible permanecer aislado. A las ocho salían los dos barcos y esta vez me tocaba ir con los malayos, que parece que soy el único que salta de un barco a otro sin problemas. Hicimos el trayecto de una hora y llegamos a Barracuda Point con los dos barcos y una nueva pasajera, la chica que controla junto a su novio el complejo decidió venir con nosotros para hacernos una pequeña auditoria, con lo que algunas de las cosas que hacemos bajo el agua iban a estar bajo su lupa. De mi barco saltaron primero los malayos, nosotros fuimos detras y para cuando llegamos a los veintipico metros, aquello parecía una calle comercial en hora punta. Éramos diecinueve allá abajo. Había un banco de barracudas enorme pero no vi muchos tiburones. Aún así, fue divertidísimo y después tuvimos que relajarnos buceando por la pared y visitando la morena, el pez león, los nudibranquios y otros bichos que ya sé hasta donde se encuentran, ya que para mí esta era mi quinta vez.

Cuando salimos, nos fuimos a descansar al lago de las agua vivas, por tercera vez y de nuevo fue gratis. Los chiquillos canadienses volvieron a Barracuda Point y nosotros nos fuimos a Kakabanana, con uno de los nombres más desafortunados de la historia del universo conocido y por conocer. Es otra pared vertical y en ella vimos un montón de caballitos de mar pigmeos, que básicamente son de unos milímetros de grande, vimos un cangrejo araña, que son mucho más pequeños que los del atlántico y una ración de nudibranquios y otras cosillas. Esta para mí era una inmersión para descansar y reservar fuerzas para mi último viaje a Barracuda Point.

Salimos y volvimos al pantalán a comer y entre inmersiones nos juntábamos los dos barcos y los chiquillos me pidieron que rogara por ellos y que les dejaran hacer tres veces la misma inmersión. Hablé con su Dive Master y lo acordamos y después les dije a los futuros cirujanos que más tarde tenían que invitar a alguna cerveza a su Dive Master porque se la merecía. Con este cambio, de nuevo los dos barcos volvían a Barracuda Point, así que pedí que mi grupo fuera el primero en bajar. Llegamos antes que nadie y allí estaban el tiburón gris de arrecife, el blanco, una Barracuda gigantesca, un banco de peces enormes y en los primeros minutos, todo para nosotros solos. Fue flipante. Después vemos como un alud y eran los malayos, que llegaban en masa. Seguimos y después nos encontramos una tortuga gigantesca, vimos los peces Napoleón, nos topamos con otro tiburón y la inmersión se hizo corta porque gastamos todo nuestro aire en la zona de los tiburones así que salimos tras tres cuartos de hora en lugar de la hora que solemos hacer.

Nuestro barco fue el primero en regresar y por la tarde la pasamos hablando, gritando, brincando, contando historias y jugando a juegos chorras, antes de irnos a cenar y darnos un banquete y después volver para seguir jugando un rato más. Fue otro día increíble, el penúltimo de buceo aquí en Scuba Junkie Sangalaki.

,

2 respuestas a “Tripitiendo con Kakaban”

  1. Cualquier dia, los peces os saludan ya como amiguetes, tu fíjate en las aletas, o la cola, a lo mejor ya están saludando… 🙂
    Salud