Un día después


Después de que se supo lo que había sucedido ayer por la mañana, creo que la gente que me conoce entro en shock porque la otra explicación es que no escuchan lo que les digo y no me hacen caso. Mi amigo Sergio se negó a aceptar nada que no fuera con vídeo para hablar conmigo porque quería ver que estaba realmente bien. El Turco me obligó a invitarlo a cenar porque no estaba dispuesto a dejarme esa tarde solo. Otros mandaban correos y llamaban para lo mismo. Vamos a ver, llevo como una décadas sermoneando y diciendo que yo no me voy, que quiero que me echen y cuando sucede al parecer todos esperan que me desmorone emocionalmente o algo así. No es el caso.

Esta mañana, mis compañeros de la oficina, no me dejaron opción. Todos y cada uno me mandaron correos para que entrara en la videollamada de las ocho y media para hablar. Ellos estaban más melodramáticos que una reinona cuando no quedan pepinos en la sección de verdura del supermercado y se lleva tremendo disgusto. Tuve que madrugar, espero que casi que por última vez, porque justo después de hablar con ellos tenía otra videollamada con la bruja de recursos INhumanos y ojeé de pasada los cuatro documentos que me mandó el día anterior sin mucho interés y ella quería discutirlos conmigo y resolver mis dudas.

Cuando hablamos, mi primera y más importante pregunta se refería a la fecha de terminación del contrato laboral, ya que yo creía que era el último día de agosto pero en los papeles aparecía el último día de octubre. Me explicó que según el convenio colectivo que no me he molestado en leer, cuando te echan, si has trabajado menos de quince años, son dos meses que empiezan a contar el día primero del siguiente al que te informan, que es lo que yo creía. Cuando has trabajado más de quince años, entonces son CUATRO MESES. No puedo describir con palabras la corriente eléctrica que recorrió mi cuerpo cuando descubrí que tengo CUATRO MESES en los que me pagan el sueldo y no tengo que trabajar y si mis sacrificados ex-compañeros consiguen la paga de objetivo, YO TAMBIÉN LA COBRO. Esto es pura magia del convenio colectivo. Claro, al yo haber nacido en África, el concepto de que te echan y en realidad te echan cuatro meses más tarde y que entre medias no hay que trabajar no lo puedo imaginar, porque entender lo entendí clarito. Es como si me hubiesen dado las llaves de dos universos más.

También me explicó, que si yo empezaba a trabajar antes de noviembre, que si por un casual de la vida, digamos que el uno de septiembre ya estoy trabajando, que me pagarían la MITAD del salario de septiembre y octubre. En caso de encontrar trabajo en agosto o julio, pues lo mismo, la mitad de lo que me falta. En ese momento se oyó un ruido grandísimo en la videoconferencia porque del shock se me cayeron los gallumbos al suelo, es que esto es la prueba definitiva de que se nos estropeó el mundo y hemos saltado a otro en el multiverso, es que no tengo capacidad sub-intelectual suficiente para comprender como uno que te ha echado, si te pones a trabajar antes de llegar al paro, que te premie de esa manera.

Después está la pasta que me dan si hago cursos, que pagarán ellos y los mil leuros para un abogado para que compruebe que todo esté en regla antes de firmar, algo que tengo que hacer antes de quince días para así tener derecho a una paga extra. Lo flipé en tres o quizás cuatro dimensiones. Según acabó la reunión mandé correos a todo el mundo, aunque el Turco ya me había pasado la noche anterior los datos de dos abogados, pero uno de los que han echado conmigo me conectó con el que va a usar él y que resulta que ya aconsejó y se llevó la pasta en la reorganización del año pasado. Es una pava. La llamé y claro, por mil leuros por prácticamente no hacer nada, que todos tenemos básicamente las mismas condiciones, la chama no te dice que no.

La nueva teoría de mis colegas de la oficina es que la bajona te llega el segundo día. Está por demostar. Una cosa sí que tengo claro. Mañana no madrugo.


4 respuestas a “Un día después”

  1. Bueno, ya sabes como es eso, todo el mundo tiene su propia idea de «su» melodrama, lo importante es como te sientas tu, osea, cojonudamente, como estaba previsto, y a los amarillos, que les den mucho… 🙂
    Salud

  2. Eso son condiciones para un despido, si señor!! entre el tiempo del confinamiento, que quieras o no estás si quieres en pijama mientras curras, y ahora que tienes cuatro meses sin trabajar y cobrando igual….. madre mía… vaya 2020! La pena es que no tengas variedad de vuelos disponibles para escaparte a celebrarlo con los peces!

  3. Montse, YO tampoco
    Virtuditas, ya empiezan los vuelos. Ya apalabré irme a Bodrum con el Turco y su familia una semana y después quiero ir a Gran Canaria un mes. Seguramente iré a bucear allí y quizás en la Palma o Lanzarote. Después de eso, espero que las cosas estén mejor para ir al menos una semana o diez días a bucear en Asia en algún lado. O en el caribe.