Un Dios salvaje – Carnage


El domingo de la semana pasada me di un empacho a cine de filmoteca. Como las vacaciones navideñas estaban cerca e inmediatamente después de las mismas limpian la cartelera, acabé viendo tres películas en el mismo día. La segunda de ellas al parecer se movía entre la comedia y el drama y duraba menos de ochenta minutos, algo normal en las películas de cine de animación pero no en el resto del cine. De alguna manera me las apañé para convencer a mi amigo el Niño y embarcarlo en la aventura de ver Carnage, película que se estrenó en España a mediados de noviembre con el exótico título de Un Dios salvaje que imagino que viene del título de la obra de teatro en la que se basa el guión.

Unos julays toman café y se despellejan a cuenta de las malas bestias que han criado

Partiendo de un suceso en el que un niño de once años le arrea un trompazo a otro y le rompe un par de dientes, los padres de ambas bestias se reúnen en la casa de la víctima para hablar sobre lo sucedido y tratar de resolver el problema de forma cordial. Inicialmente parece que todo funciona pero poco a poco la situación se irá saliendo de madre y los cuatro acabarán tirando con munición de matar y sacando todos los trapos sucios que tienen a mano e incluso los que no tienen.

Esta es la adaptación de una obra de teatro y se nota en la escasez de escenarios. Básicamente la película transcurre en el salón de una casa, con excepcionales incursiones en un baño, en el pasillo del edificio y un par de tomas de exteriores al comienzo y al final. Aquí la fuerza está en una historia sencilla y directa, unos diálogos precisos como cuchillos de cirujano que cortan aquello que tocan y que provocan reacciones directas e inmediatas en los espectadores y un elenco de actores y actrices de escándalo. Tanto Kate Winslet como Jodie Foster bordan sus papeles, ambas como mujeres que aparentan ser muy felices pero que en realidad tienen unas vidas cagadas de problemas y ni siquiera saben como resolverlos. Junto a ellas, Christoph Waltz y John C. Reilly hacen un gran trabajo pero está claro que no tienen el carisma necesario para ensombrecer el duelo de titanes entre las dos mujeres. El guión es muy dinámico y contundente, te ríes con algunas de las cosas y en otras ocasiones flipas en colores y la historia se hace muy entretenida. Se ve la mano firme de Roman Polanski y aunque la acción transcurre en Nueva York, está claro que fue rodada fuera de los Estados Unidos.

Esta es una de esas pequeñas películas que pueden conseguir unas cuantas nominaciones a los Oscars ya que no hay efectos especiales, ni grandes presupuestos, ni absurdas historias con tramas secundarias aún más increíbles. Aquí solo encontrarás el trabajo excelente de un pequeño grupo de profesionales que supieron transformar una obra de teatro en una película que se disfruta con gusto. Por si queda alguna duda, cualquier miembro con carné del Clan de los Orcos debería evitar el acercarse a los cines en los que la están dando ya que puede afectar no solo a su reputación sino también a las pocas neuronas activas con las que malviven. Para el resto, de visionado obligatorio.


2 respuestas a “Un Dios salvaje – Carnage”