Un pequeño cambio – The Switch


Esta es la historia de un disgusto anunciado. Desde que vi el trailer por primera vez ya me imaginaba que de esto no podía salir nada bueno pero como sigo creyendo que a veces me puedo equivocar, decidí darle una oportunidad a The Switch y fui con mi amigo el Niño a verla (y él sabía de antemano a lo que nos exponíamos) pero así y todo, el palo es de los que nos ha dolido a los dos. Esta cosa se estrenó en España en septiembre con el título de Un pequeño cambio

Julay envejecida traga lefa por módico precio. Interesados pasarse por su casa

Una mujer a la que ya le están sonando todas las alarmas porque se le caduca el potorro decide que para tener un hijo no hace falta padre y monta una fiesta en casa con todas sus amistades y el Elegido, el cual se la casca, envasa la melaza de la Vida y después el mejor amigo de la tipa se deshace del frasco Carrasco y lo reemplaza por su zumo del Amor. Siete años más tarde se vuelven a encontrar y la pequeña bestezuela es idéntica al delincuente y todos tendrán que aprender a vivir con este drama existencial tan grande.

Por Dios bendito, esta historia no tiene ni una sola línea original. Es un refrito de escenas gastadísimas y rodadas de nuevo con mala leche y a desgana en algo que solo se puede calificar de atentado terrorista. Es un mierda de cabo a rabo, con un guión patético, dirigida por dos tipos que debían estar chupándosela mutuamente porque ni adrede se puede hacer tan mal e interpretada por una Jennifer Aniston que da lástima (cuando no asco) y que queda más falsa que la peluca del Dioni. No hay un solo plano en el que esta mujer quede bien, está como envejecida y demasiado estirada, como si se le hubiera ido la mano al cirujano plástico. Para empeorarlo aún más, su pareja es un pésimo Jason Bateman con el que no hay química ninguna, ni de ella ni de nosotros los espectadores. Si me dan la pistola yo mismo le pego el tiro en la nuca y nos salvo a nosotros y a él mismo del sufrimiento tan grande que tuvimos que vivir.

Este es un buen ejemplo de mierda de Pé a Pá que merece varias nominaciones a los Razzie, los anti-Oscars porque lo que aquí se perpetró es que no tiene nombre. Bajo ninguna circunstancia se te ocurra ir a ver esto a un cine. Espera a que lo den de gratis por la tele y ni aún así te molestes. A menos que te vaya el rollo masoquista, entonces es lo más de lo más.