Verliefd op Cuba


Coincidiendo con el día de San Valentín se estrenó la primera gran apuesta comercial del cine holandés y como con todas las últimas, está pensada para atraer a los cines a las hembras, las portadoras de hachazo y para que os hagáis una idea de como se diseñan estas películas, el veinticinco por ciento de lo recaudado hasta ahora se consiguió en las primeras dos horas, con el estreno en una miríada de salas en simultáneo en una noche de hembras, que están dispuestas a pagar muchísimo más por poder ver la película en salas llenas hasta la bandera, sin machos, solo oliendo a coños de todas las edades y recibiendo a la entrada una copa de plástico no ecológica con vino del más barato que haya, otra algo más tarde y una bolsa de morralla gratuita de compañías de maquillaje. En la ciudad de Utrecht, esto se concretó solo en la cadena Pathé en cuatro salas hasta la bandera, sin asientos libres, las cuatro más grandes que tienen. Para cuando yo fui a ver la película, cuatro días más tarde, en la sala éramos menos de diez personas. La película se llama Verliefd op Cuba y por razones más que obvias, jamás de los jamases se estrenará fuera del país, ni siquiera con el fabuloso título de hasta en Cuba truscoluña no es nación.

Una julay se encoña de un cubano o así y su familia acude a cuba para el bodorrio y allí cada vez que uno tropieza, hay chimpún.

El cártel de la película ya resulta extraño porque la hija, la del bodorrio, es la pava de la derecha en segundo plano y la que aparece en portada es la madre que la jiñó con un holandés que supuestamente vive y trabaja allí en peleas y de fotógrafo. A la izquierda tenemos otro grupo de holandeses que acabarán entre pitos y flautas relacionados con cubanos o así. Esto es como una mezcla de géneros con comedia romántica, aventura, cachondeo y anuncio promocional de compañías que tienen grandes hoteles allí y hasta aerolíneas, ya que aquí importa mucho que se vea el nombre de la aerolínea cuando aterriza el avión, que se vean los nombres de los establecimientos y que la gente observe y admire lo fabulosos que son para que los consideren en sus próximas vacaciones. Yo diría que el género principal de la película es el info-comercial.

Seguramente por la obligación de mostrarnos todas esas compañías fabulosas lo único que no se curraron fue el guión. Hay algún momento en el que me da la impresión que la hija, la que se va a casar, ni siquiera ama al chamo, lo hace por conseguir una visa para poder quedarse en Cuba y el otro parece que quiere casarse para pillar la visa y marcharse de Cuba. La familia de él ve la oportunidad de desplumar a los holandeses y alrededor de ellos hay mucha miseria. Entre las movidas que aún no termino de asimilar, cuando la chama está con los suyos, sale con su hermano, le vendan los ojos y besa a tres. El primero es un macho con barba, el segundo un travelo afeitado y el tercero es una hembra fea y como que con sorpresa de tiburón. Es la hermana la que organiza la coña así que te quedas siempre con la duda si ella lo que quiere es tener un cuñado o algo así y al hermano, que es más tonto que un capirote, como que le da igual mientras haya agujero en el que jincarla. Montan unas movidas entre los padres separados de la chica que aburren, como casi todas las historias secundarias y ese es el gran drama de la película, tenemos la pasión, la música y la cultura cubana, que en la película retratan fabulosamente, pero todo eso está en una caja mezclado con movidas estúpidas y aburridas que terminan por anularlo. Para cuando llegamos al gran final, al bodorrio, realmente te da igual lo que te pongan por delante y solo quieres que acabe para escuchar la última canción latina y marcharte a casa.

Esto jamás saldrá de las fronteras del país así que ni los miembros del Clan de los Orcos ni los sub-intelectuales con GafaPasta se tendrán que preocupar. Es muy tediosa.


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