Mirando hacia la ciudad desde la torre inclinada de Pisa tenemos una vista preciosa, con un parque, las calles serpenteando de la ciudad y un océano de tejados bajos de tejas que le dan un aspecto rústico. A lo lejos, montañas de la Toscana. Definitivamente tengo que volver allí y pasar algún día en la ciudad para explorarla. No sé por qué pero estas ciudades con una línea del horizonte no rota por nuevas moles de hormigón me atraen enormemente.
1 comentario
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Es curioso, yo tampoco me detuve en la ciudad, seguí camino…
Salud