Voces


Después de más de una semana en Gran Canaria me arriesgué a ir al cine, aunque iba con mucha desconfianza viendo las multitudes sin respeto alguno a la distancia personal y sin usar mascarillas o cosas como un señor que para estornudar en una guagua, se quita la mascarilla y según estornuda se la vuelve a poner, por no decir nada de los que se la ponen como calentador de barbilla una vez han pasado el escrutinio del conductor. La película que elegí era una de terror titulada Voces que ahora mismito está en la cartelera española.

Una familia de julays las pasan putas en una keli con un mal rollo que no veas.

Una pareja que al parecer compra casas para rehabilitarlas y venderlas se meten en su siguiente proyecto, un casoplón como la de la Coletas, el vicepresidente ese podemita que parece una rata mal cagada y que la gente dice que es un macho alfa cuando más bien es un macho vomitivo. El primero en notar las moviditas en la casa es el hijo, que dice escuchar voces y el chiquillo irá de mal en peor. Después será su madre y cuando unos parapsicólogos, espiritistas o filibusteros visitan la casa, esos también las pasarán putas allí dentro por culpa de unos espíritus que mismamente podrían residir en Galapagar y recibir dinero de los sátrapas iraníes y venezolanos.

Reconozco que cuando empezó la película, en una sala petada con cinco espectadores y con retraso porque no había imagen en la pantalla y tuvieron que apagar y encender el ordenador el reproductor digital, yo estaba más preocupado por ver si aguantaría toda la peli con la máscara en la boca que por la posibilidad que fuese de miedo, que ya daba por sentado que sería el disgusto habitual. Me equivoqué. Después de una sosa introducción de los personajes la historia toma un giro brusco hacia el reverso zarrapastroso y lo pasas fatal, con multitud de sustos y de momentos en los que te faltaba el oxígeno bajo tu máscara facial. Reconozco que me acojoné y según avanza la historia y se nos unen el especialista en grabaciones de voces de muertos y su hija, el terror rebulle en la pantalla y va a mejor. La traca final es antológica, esto es cine de miedo de calidad, del que asusta.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, esta es una oportunidad perfecta para ir con tu hembra y que se te arrime como ladilla a güevo y ya verás que no se te separa ni aunque le echen agua caliente como a las perras. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta y te gusta el buen cine de terror, le deberías dar una oportunidad.


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