Hace unos meses veíamos otra foto tomada instantes después que esta de hoy. El lugar es uno de los puntos mágicos de la ciudad de Ámsterdam, ese en el que se pueden ver siete puentes sobre un canal. De todas las fotos que he seleccionado para esta pequeña y subjetiva serie la de hoy es mi favorita. He suprimido los colores salvo por un verde muy específico que se puede ver en algunos árboles y por el amarillo que se volvió naranja y que podemos ver reflejado en el gris del agua.
En mi casa no hay absolutamente nada colgado en las paredes. No hay fotos, ni posters, ni cuadros ni ninguna otra cosa. No me gustan, no aportan nada y siempre me ha gustado la limpieza de las paredes, la belleza espacial que aportan al conjunto. Esta foto puede que sea la excepción, me gusta tanto que creo que la mandaré imprimir en un lienzo y la pondré en algún rincón para poder mirarla cuando necesite recargar las pilas porque esa es la sensación que me da, transmite energía, fuerza, decisión, la voluntad de elegir el camino que quieres seguir, de salvar obstáculos. En nuestra vida estamos siempre volviendo a casa, no importa lo rápido que corras o la determinación que tengas para escapar, en realidad al final, en el último instante, habrás vuelto al hogar y de alguna forma muy subjetiva esta imagen me lo recuerda.
2 respuestas a “Volviendo a casa”
Desde luego la foto merece un lugar especial.
Yo sí tengo colgados cuadros. Preferí pintar las paredes de blanco para ampliar la luminosidad de mi casa. Tengo suerte, vivo en un piso muy luminoso y el blanco de las paredes lo amplifica. El toque de color lo puse en el techo, con tonos cálidos, que crean ambientes satisfactorios. Sin embargo, el blanco intenso de las paredes se ve decorado con cuadros. Principalmente los de mi padre, que lleva décadas pintando. En algún momento colgaré alguna foto que haya hecho, Para eso siempre prefiero el blanco y negro. Tiene más fuerza sobre paredes blancas.
La foto es simplemente preciosa. Besos.