Sinner ligfiets


Aquí en el mejor blog sin premios en castellano tenemos una gran tradición con las ligfiets, esas bicicletas en las que el ciclista va despatarrado y con las gambas hacia arriba, como si su vida sea el poder olerse los peos sin necesidad de usar la mano para acercar el olor como hacemos el resto de los mortales. Yo a veces no las busco, las bicis me encuentran a mi, como esta Sinner cuyo modelo desconozco y que ya es muy difícil de saber porque la compañía fue absorbida por otra en el año 2014 y esta no aparece entre los modelos que vendían cuando su página web pasó a otra vida. Aún así se reconocen las partes básicas, con los pedales sobre la rueda delantera, una cadena larguísima para llegar a la trasera, unos mandos laterales que son los que controlan el volante y que hace que el ciclista más bien parezca un piloto de objeto volante no identificado y un sillín enorme y bastante reclinado. Cuando uno usa una de estas bicicletas es porque le gusta ir a velocidades entorno a los cincuenta kilómetros por hora y también porque le chifla tener lesiones tremendas cuando se escoña, que tarde o temprano se escoñan y en mi empresa hay uno que parece abonado a pasar unas semanas o meses de baja cada vez que esto sucede, porque estos trastos van muy rápido y son muy bajos y uno no puede estar mirando la actividad en su CaraCuloLibro mientras conduce y a la vez ver venir a un pollardón con uno de estos trastos. Por más que he mirado la foto no le veo candado con lo que la próxima vez que la vea, la sorteamos entre el Ancestral y la CuloCochista y después nos echamos unas risas cuando suceda el primer accidente.


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