Mira que con el cartel de esta película ya yo me barruntaba mal rollo y eso que jamás de los jamases llegué a ver el trailer, que quizás ni existe, pero como la ponían en el cine y no la había visto, decidí saltarme la regla esa que dice que huya del cine francés casi tan rápido como de una horda de chusma y gentuza truscolana. Por la posición de la mano del chamo, yo detecto ahí cierto mariquitismo, pero bueno, siendo francesa asumí que se pasarían el día haciendo gárgaras y así. La película se titula Été 85 y se tradujo literalmente al español como Verano del 85 y parece que llegará a los cines (si es que aún existen) en octubre.

Un julay julandrón se encoña de un pollardón gabacho

Resulta que un chamo que pierde más aceite que el Titanic en los títulos de crédito de la película es rescatado del agua por otro julay y se encoña y le da por el orto que no veas, lo pone a trabajar con él y todo lo demás, en verano y en una zona turística. En cierto momento el otro julay como que se desinteresa y al chamo le sale la reinona que ocultaba dentro y monta un pitote del copón o algo así y la cosa acabará muy malamente.

Tengo que reconocer que aunque la película tenía tramos muy entretenidos, también se paraba en seco en algunos momentos y podía provocar y provocaba la desesperación. Este es uno de esos raros casos en los que los personajes secundarios seguramente salvan el tren de descarrilar, porque son todos interesantísimos y absolutamente lo mejor de la película. Hay una buena química entre los dos pavos que se encoñan pero no es suficiente y bueno, después tenemos esa manera de hacer cine de los franceses que desespera, esa forma de creerse el centro del universo y darnos lecciones a los demás que conmigo no funciona para nada.

Miembros del Clan de los Orcos, huid como si hubieseis visto el demonio truscolán de cualquier cine en el que la tengan en cartelera. Probablemente le mole a algunos sub-intelectuales con GafaPasta. Yo particularmente, la veo como pasable y poco más.