Una película italiana en la cartelera de la filmoteca en Ámsterdam es para mi razón suficiente para ir a la que todavía es la capital de los Países Bajos y organizarme una sesión múltiple de cine. La película era a primera hora de la mañana del domingo y suponía que estaría solito en el cine pero me equivoqué, estaba petado por culpa de una promoción de la filmoteca para los fines de semana en la que al comprar la entrada para las películas que empiezan antes de las once de la mañana, incluído en el precio hay un cruasán, mermelada, un vaso de zumo y un café o té, con lo que la basca se va al cine a desayunar viendo cine, o al menos la basca más intelectual, que un orco no entra allí ni de coña. La película se titula A casa tutti bene y que yo sepa, en España no está previsto su estreno, aunque sí que han traducido el título como truscoluña no es nación.
Una familia de julays acaban a hostias después del guateque
Toda una familia se reúne en una isla para las bodas de oro de los viejos, que además se volverán a casar. A la isla solo se llega por ferry y por mal tiempo les cancelan el de vuelta y se tienen que quedar todos allí. Aquello se convierte en un campo de batalla, cuando toda la mala-baba familiar comienza a aflorar, los odios, las envidias y demás. Terminarán en una batalla campal, algunos con cuernos, otros descuernados y básicamente, la única que sale de allí contenta es la nieta adolescente que por fin consiguió follarse a su mejor amigo y que hasta el acomodador del cine estaba convencido que no era mariquita porque tenía más bien pinta de maricón-cón-cón.
Esto es una comedia coral con toques dramáticos de las interacciones de una familia. Cuesta un rato ir descubriendo el palo del que cojea cada uno porque allí no se hila fino y si alguno acudió a la boda, hay algo malo en esa persona. Tenemos un divorciado que va con su segunda hembra pero la primera también está invitada y la segunda tiene celos de su relación. Una adolescente con su mejor amigo que está pidiendo a grito que la empalen hasta los pelos de los güevos, tenemos a uno que se ha divorciado, o separado, o algo así y que se le pone morcillona con una prima, la cual a su vez está casada pero solo ve a su marido una vez al mes. Tenemos a los viejos, que celebran cincuenta años de boda pero que no se puede decir que todo haya sido alegría y cosa buena, está el primo desgraciado que quiere que le den trabajo para tener pasta ya que su novia chichona está preñada y algunos más que no me acuerdo. Como película coral, hay historias buenas, las hay entretenidas y otras malas, como la del primo chichón que a mi personalmente me sacaba de quicio. La película tiene los bandazos propios de esas historias que en realidad son diez separadas y que hay que encajar en una historia más global. Al final se les fue un poco de la mano y a más de uno de los que están allí les salió el ramalazo de reinonas y termina como el rosario de la aurora. Si se hubiesen concentrado en la mitad de las historias, les habría ido mucho mejor. El formato es conocido, nos recuerda a varias películas que ya hemos visto y lo absolutamente mejor es verla en versión original y disfrutar con la musicalidad del italiano. Cada vez que se juntaban en el piano para ponerse a cantar la película se iba al garete.
En fin, que esto no es cine para los miembros del Clan de los Orcos, simples tirando a simplones y tampoco tiene el caché que requieren los sub-intelectuales con GafaPasta. De esas que se pueden dejar pasar.
Una respuesta a “A Casa Tutti Bene”
Pasando…
Salud