A pagar por kilo de más


Uno de los grandes dramas dramáticos que tenemos en los Países Bajos en la semana previa a las nuevas elecciones, que aquí votamos con mucha frecuencia porque los gobiernos caen continuamente, sucede en el universo de los coches eléctricos. Hasta ahora han sido muy populares y se vendían como roscas no por ser más sostenibles, que no lo son, que eso es una falacia, se vendían más, por ejemplo en la ciudad de Ámsterdam porque si quieres un permiso para aparcar en el centro porque vives allí, la lista de espera es de cinco a diez años, pero si te compras un coche eléctrico, te dan el permiso para aparcar inmediatamente y sucedió que todo el mundo viviendo en el centro se compró coches eléctricos para plantarlos en sus calles, que no en sus puertas y ahora hay muchísimos más coches que aparcamientos y es absolutamente normal que los que viven por allí, cuando usan su coche, se puedan pasar tres cuartos de hora o una hora dando vueltas en la zona buscando una plaza y bueno, los que compraron eléctricos, como los puntos de recarga están limitadísimos, igual se ven sin electricidad si dependen de recargarlo en esas calles. Otra ventaja de tener un coche eléctrico estaba que no se pagaba el impuesto de carreteras y tenían subvenciones, pero ahora que las subvenciones se acabaron y el gobierno anunció que a partir del 2025 los coches eléctricos pagarán el 25 por ciento del impuesto de carreteras y un año después, en el 2026, pagarán el cien por ciento, nadie quiere comprar esos coches por un pequeño detalle relacionado con el peso, ya que el impuesto se paga en base al peso del carro y los eléctricos son pesadísimos, que el coste del impuesto para un Fiat 500 eléctrico sería de setecientos veinte leuros al año o sesenta leuros mensuales, solo por el impuesto de carreteras y si te compras uno de la marca esa del gilipollas integral y retardado, estarías soltando mil ochocientos leuros al año o ciento cincuenta leuros al mes por tenerlo, de nuevo, solo en impuesto de carretera, que hay otros impuestos adicionales locales, provinciales y nacionales. Así que el resultado es que ahora nadie quiere comprar uno de esos porque una vez te quieras deshacer del mismo, son invendibles, que a ver que comprador te compra un cacharro con una batería ya quemadísima y que solo por usar las carreteras te levanta ciento cincuenta euros mensuales, a los que añades el seguro, los otros impuestos y la electricidad para cargarlo. Añade a eso que te dejarán de pagar por la electricidad que generas con tus paneles eléctricos y metes en la red eléctrica y tienes la tormenta perfecta. Alguien nos intentó convencer con la mentira que son más ecológicos, más sostenibles y más baratos y ahora se cae el velo y la verdad, la verdad, es que ni son sostenibles, ni son ecológicos ni son más baratos y el día que hay que reciclarlos, a horitita mismo y según la desUnión Europeda, la cantidad de baterías que se reciclan en los veintisiete países es un porcentaje ridículo, en el veinticinco por ciento, con lo que para nada ecológicos ni sostenibles ni nada, que de cuatro coches, solo se reciclan las baterías de uno de ellos y los otros tres contaminan, aunque hay que reconocer que los Europeos somos lo más y en lugar de contaminar aquí, pagamos a países del tercer mundo para que se lleven esos productos contaminantes, los entierren en su país y que algún Dios que no sea el nuestro les reparta suerte con lo que sucederá allí.

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2 respuestas a “A pagar por kilo de más”

  1. Si, a mi nunca me convenció el coche eléctrico, básicamente por el problema del costo, el peso y la bateria, yo creo que el que si será rentable es el de hidrógeno, que no está logrado del todo todavía, pero están currándoselo a toda leche… 🙂
    Salud

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