A tomar puñetas con el Buzz


buzz

Resulta que esta mañana en mi GMail, debajo del buzón de entrada me apareció algo llamado buzz que al parecer es la respuesta por parte de Google a la amenaza de las redes sociales. Como me lo plantaron sin que yo lo quiera aproveché para echarle un vistazo. Me metí y te aparecía una ventanita acogedora para escribir muy al estilo del tuiter o el feisbukkake. Me llamó la atención que el sistema ya me había puesto a seguir a gente y otros me seguían a mi sin que yo lo haya pedido. Al hacer clic sobre esa ventana tan mona me aparece una ventana malvada que lo vuelve todo gris a su alrededor y me informan que si quiero transmitir, buzzear o como coño se llame, he de convertir mi perfil en público. Básicamente quieren usar mi nombre y apellidos para indexar toda la información relativa a mi persona y que todo el mundo la pueda encontrar siempre que quiera.

Ya sabéis que soy un fanático ultraconservador en lo que se refiere a los datos que dejamos en la red y me opongo frontalmente a la divulgación de los mismos. La pregunta que te hacen es capciosa y poco clara y si se te ocurre aceptar, inmediatamente habrás dado permiso a Google para que use tu nombre y tus apellidos con todo aquello que la gente comparta contigo y con todo aquello que tú quieras compartir.

La siguiente media hora la pasé ajustando mi perfil para que (1) nadie lo pueda acceder, (2) eliminar todos los enlaces que me pusieron de gente a la que no quiero seguir, (3) buscar por algún lado si hay alguna manera de evitar que te sigan y (4) averiguar como desactivar el buzz ese de los cojones.

Tuve éxito con las actividades (1), (2) y (4) pero no con la (3) y para cuando terminé con las actividades relacionadas con estas tareas ya tenía 6 siguiéndome (o eso se creen ellos).

Después me molesté en leer la política de privacidad del google buzz, algo que por supuesto todo el mundo ha hecho y en la misma encontré las siguientes perlas que definitivamente han conseguido que JAMÁS lo vaya a usar:

  • Si desea publicar en Google Buzz debe disponer de un perfil público de Google que, como mínimo, incluya su nombre y apellidos. [Aquí me perdisteis chicos, no tengo ningún interés en poner información en la red con mi nombre y apellidos]
  • Cuando acceda por primera vez a Google Buzz le indicaremos de forma automática a qué usuarios puede seguir basándonos en los contactos con los que más se comunica por correo electrónico y chat. [El Gran Hermano ahora me dice con quién tengo que tratar]
  • Su nombre y fotografía, así como la lista de seguidores y de usuarios a los que sigue, se mostrarán en su perfil de Google. Puede optar por no mostrar en su perfil la lista de seguidores y de usuarios a los que sigue.[Que más quisieras que te deje toda esa información para que la puedas usar]
  • Si sigue a un usuario que muestra públicamente la lista de seguidores en el perfil de Google, el nombre que haya especificado usted en su perfil aparecerá en esa lista. Del mismo modo, si un seguidor muestra su lista de seguidores en el perfil, usted aparecerá en esa lista pública. [Esta es la razón por la que quiero borrar a la gente que me sigue. No me sale de los huevos que otras personas me enlacen en sus perfiles y los hagan públicos]
  • Cuando utilice Google Buzz, es posible que recopilemos información relacionada con el uso que usted hace del producto, como las publicaciones que le gustan o que comenta, o los usuarios con los que se comunica. [Básicamente, me queréis espiar]
  • Si utiliza un dispositivo móvil para crear una publicación en la cual se indica su ubicación, Google registrará esta ubicación y la mostrará a otros usuarios. [Y también saber los lugares a los que voy y chivarse a otros. Fantástico chicos, el Gran Hermano en versión Don’t be evil]
  • El uso de la información que usted nos proporciona se describe en la Política de privacidad de Google. [O sea, que me tengo que leer otra política de privacidad ya que aquí no lo contáis todo. ¡Genial!]
  • Asimismo, si sube una foto a través de la interfaz de Buzz o decide enviar imágenes a [email protected], incluiremos esas fotos en un álbum web de Picasa y crearemos una cuenta de Álbumes web de Picasa en su nombre en caso de que no disponga de una. [¿Acaso se puede ser más malvado? Además de saber a donde voy y con quien trato, también queréis mis fotos]

Imagino que en menos de una semana me empezarán a llegar los correos de la gente que quiere informarme de todo aquello que rodea sus vidas, que quiere compartir conmigo esos vídeos y páginas que TENGO que ver y de ahí a un incremento substancial de las reglas de mi correo para eliminar el ruido de fondo habrá un paso.

Recordemos a los despistados cual es la política de privacidad de Sulaco:

  • Procura no mandarme mierda que según tú me interesa porque no es así. NO me interesa.
  • Ni te molestes en seguir mi perfil. Jamás verás nada en el mismo. Repito para los lentos: J-A-M-Á-S.
  • Mi tolerancia con las invitaciones se reduce al LinkedIn. Añado a mi regla particular de SPAM a todas aquellas personas que me invitan a algo. Si te preguntas por qué no respondo a tus correos, posiblemente sea porque ya no los leo. Ya que estás leyendo esto aprovecho para desearte ¡Que te vaya lindo!
  • Busco cada cierto tiempo mi nombre para ver lo que hay indexado por ahí afuera. No creo que me quieras tener como enemigo así que yo me abstendría de poner fotos o cualquier otro contenido refiriéndote a mí. Esta regla carece de excepciones o singularidades.
  • No necesito quinientos dosputocerolos que digan que son mis amigos. Mis amigos saben que lo son y tenemos una relación muy sana y basada en el contacto real.
  • Si no quieres que cuente tus secretos, guárdalos para ti. En el momento en el que abres la boca un secreto deja de serlo.
  • Mi concepto de red social implica buena comida, bebida y conversación y todos los participantes bajo el mismo techo. Si todavía crees que quiero jugar contigo a la Granja o a la mierda de turno, deberías solicitar al Estado que te den la paga por subnormal porque te la mereces.
  • Si no intercambiamos correos, no nos llamamos ni nos mandamos mensajes telefónicos, quiero que tengas algo claro: NO ERES MI AMIGO

Y para aquellos que estén interesados en saber como deshacerse del Buzz ese de los cojones y mandarlo a tomar puñetas al quinto infierno, en la parte inferior de la página de GMail podréis desactivarlo. Los que me habéis añadido voluntaria o involuntariamente a vuestra lista de seguidos, quizás deberíais tomaros la molestia y borrarme para no enrarecer el trato.

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15 respuestas a “A tomar puñetas con el Buzz”

  1. Estoy completamente de acuerdo contigo en que esto ha sido una maniobra muy chunga de Google. Es una tremebunda gilipollez y ya andaba buscando la forma de quitarlo. Suerte que ya has indicado los pasos. Me ahorro mucho quebradero de cabeza.

  2. A mi hasta ahora no me han tocado, o como soy tan despistado, no me he enterado, lo que no quiere decir que no supiera de su existencia, pero no me interesa.
    Gracias por la información.
    Salud

  3. Emo, los problemas te pueden venir dependiendo de la forma en la que tengas configurado tu correo y la cantidad de cuentas que uses. Yo tengo una nada más y por ahí pasan mis amigos, mis conocidos y demás familia. También algunos del trabajo. Si lo dejo abierto, unos podrán cruzarse con otros, saber quienes son, que leen, que les gusta, que leo, que sigo en mi reader, con quien hablo, con qué frecuencia y demás. Es un montón de información «privada» que no puedes regular. Te permiten nada más que un mínimo de control. O sea. A tomar por culo con la coña esa.
    Imagino que si tienes un teléfono Android será peor. A saber el código que está escondiendo Google ahí dentro.

  4. Gracias por la información. Desactivado de las dos cuentas de Gmail que tengo. Menos mal que los apodos y apellidos falsos siguen valiendo, jejeje.

  5. Por eso tienes que editar tu perfil, asegurarte que sigue ocultando tu nombre y apellidos y borrarte de todos los contactos que te ha puesto a seguir.

  6. Totalmente de acuerdo con todo, me ha gustado tanto que deseo, con tu autorización claro, replicarlo en mi blog, con mis comentarios agregados.

    Saludos.

  7. amen sulaco
    esto es la version siglo XXI del gran hermano (el del libro, claro)
    por suerte, no uso la cuenta gmail que me obligo a abrir el android
    ¡si que son evil¡

  8. Contra el interés del Gran Hermano en saber, tenemos la posibilidad de meterle porquería. ¿Apellidos? Sí… ¿por qué letra quieres que empiecen? Basura para el Gran Hermano.

    A mi me sorprendió muy negativamente cuando vi que aparecía mi nombre y apellidos. Y los de algún otro contacto de los que me consta que tampoco tiene interés en que se sepa…

    Metí basura en mi perfil, para arreglarlo mientras. Supongo que lo acabaré deshabilitando.

    Uso el faisbú, pero lo tengo configurado para que no sea un «coladero». Y menos aún para «momentos meeting»

  9. Los que se molesten en mirar mi perfil van a flipar con el nombre del lugar en el que vivo y con el párrafo que me describe. Todo lo demás está oculto o eso espero.

  10. Otro mas que se borra. Hay que joderse que estas cosas las activen por defecto en vez de permitir activarlas sólo a quien lo quiera.

  11. Hoy vi esto y me acordé de tu entrada. Yo lo desconecté tras leer tu comentario, ese día no había entrado aún en el correo y cuando lo hice me saltó el buzz y su alegre colorido a la cara, pero me fui directa al pie de página y lo desactivé.

    La verdad es que es un abuso, y eso que internet no está escaso de abusos de este tipo, pero es que ya ni se molestan en disimular… o nos toman por tontos o es que la mayoría lo es de verdad. El otro día vi en la tele un reportaje sobre este tipo de cosas, el manejo de nuestra información y tal, y en un bar de Londres ya ofrecían implantarte un chip subcutáneo para «ofrecerte tus consumiciones personalizadas» y darte «trato preferente» y cosas así, pues bien, la gente no sólo no se indignaba sino que salía algún memo diciendo que era de los VIPS porque en el chip que se había metido tenía su propia cuenta de gastos… El triunfo de las multinacionales ha sido lograr que les demos nuestros datos no sólo sin reticencia sino de todo corazón, convencidos de que los beneficiados somos nosotros.