Aguas oscuras – Dark Waters


No todas las películas que parecen diseñadas para agarrar un puñado de nominaciones en los Oscars lo consiguen y hoy tenemos un buen ejemplo. La historia está muy bien contada y bien interpretada pero siempre eres consciente que allí más que la historia, lo que se busca es el premio. Supongo que ya lo daban por seguro y la tenían para estrenar y así llega a nuestras pantallas Dark Waters, que en España se estrena la semana que viene con el título de Aguas oscuras y el subtítulo de truscoluña no es nación.

Un julay descubre que los Orcos además de Vecindario, vienen de exponerse a aguas corruptas o algo así.

En gringolandia, las multinacionesles hacen lo que les sale de la pipa del coño con el medioambiente y la empresa DuPont se dedicó a ocultar residuos altamente tóxicos en barriadas periféricas. Un campesino al que se le mueren las vacas a tutiplen convence a un abogado para que lo defienda y el abogado descubre una trama de corrupción con esa empresa, hecha por criminales a los que les importa un carajo el daño que le puedan hacer a otros seres humanos. La historia se convierte en una batalla entre la empresa y el abogado, que usa tretas legales para darles estocadas en donde más les duele, en el bolsillo. Lo más terrorífico es leer en los títulos de crédito que el producto ese dañino está en la sangre del 99 por ciento de los julays del universo y en prácticamente todos los animales del planeta, con lo que todos le debemos dar las gracias a DuPont por envenenarnos.

La película arranca muy despacio, centrada en el abogado, que acaba de ser nombrado socio en su empresa o algo así y que ni siquiera quería coger el caso y si lo hizo, fue por su abuela. Tenemos segmentos con el chamo revolcándose entre papeles tratando de encontrar algo que prueba que esa gente es mala. Según se va desarrollando la historia, los niveles de horror ante lo que vamos descubriendo no te dejarán indiferente. Por una vez, uno da las gracias de vivir en la Unión Europea en donde los veintisiete, salvo los brexitianos, legislan siempre de manera restrictiva para anteponer la protección de los ciudadanos al resto. Recordemos que RoHS existe gracias a Europa y que lo ha copiado todo el mundo. Alucinante ver como los gringos prefieren creer a políticos corruptos y a mentirosos antes que abrir los ojos y alzarse contra las multinacionales que los envenenan una y otra vez. Aunque Mark Ruffalo es un buen actor, aquí no brilla, está demasiado subido de tono, demasiado en plan diva y no acaba de funcionar. La película entretiene y la historia es fascinante, pero no es una que recordaré como un clásico.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, esto está totalmente fuera de tu alcance. Seguramente guste a muchos sub-intelectuales con GafaPasta.


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