Mi segundo día de buceo en Guraidhoo comenzó de nuevo con una visita a Kandooma Thila, que están aprovechando que por las mañanas hay poca corriente y como tienen un grupo grande de gente, es posible entrar allí sin que algún buceador inepto o estúpido le joda la experiencia a los demás. Volvimos a ir a primera hora, a las ocho de la mañana, pero entre pitos y flautas y pese a que está a diez minutos del muelle, no entramos al agua hasta cerca de las nueve menos cuarto.
Nos volvimos a encontrar grupos de águilas marinas volando muy cerca de nosotros y alguna en solitario, que en ambos casos, cuando las ves de cerca, es una experiencia alucinante. También vimos bastantes tiburones grises y tiburones de punta de aleta blanca y negra, varios atunes grandísimo que también parecían disfrutar de la corriente, y un poco escondido en un recodo me crucé con un mero grandísimo. Aunque no había una corriente brutal, la visibilidad era más bien escasa. Kandooma Thila, con corriente, aunque no sea fuerte, es un lugar de sentido único y por eso, cuando ya habíamos pasado todos los puntos en los que se ven los tiburones y las águilas marinas, aunque tenía aire y minutos sin descompresión, decidí subir con los que ya se habían quedado sin aire o sin minutos, porque en realidad, los que se quedan no saben que los mantienen allí unos minutos más, pero no van a ver nada, está todo por detrás.
Regresamos a puerto y para la segunda inmersión volvimos a pasar por el que llaman el punto de las mantas y que yo llamo el punto de las decepciones, porque allí, a pesar de haber buceado un montón de veces, solo en una ocasión vi una manta y fue algo fugaz. La idea era mirar y si no había mantas, seguir para otro sitio, pero una panoli peninsular dijo que ella estaba segura que las mantas vendrían y estarían allí, por culpa de ella nos tuvimos que tirar quince personas y no hubo manta alguna en el lugar, con lo que estuvimos una hora sin hacer básicamente nada, esperando con las rodillas en el suelo arenoso, que con tanta gente ni siquiera te llevan a dar un garbeo por la zona. Espero que la próxima vez que la totorota esa abra la boca, su macho se la selle con el cipote y nos deje a los demás en paz, que esa parece que ha estudiado mucho para conseguir su titulación de mongólica.
Seguro que ya lo he comentado, pero cuando alguien te dice que tiene cienes y cienes de inmersiones y no tiene u registro de las susodichas, yo ya no me creo nada, que mira que he visto grandes expertos de estos cagarla y el caso de la retrasada esa fue de portada de libro que cuando saltó al agua para la inmersión en el punto de las decepciones, cuando todos estábamos en el agua se dio cuenta que se había tirado sin las aletas y tuvimos que esperar por ella. Si me ponen delante los formularios para que le den la paga de subnormal, yo firmo como testigo, que se la merece.
Al volver a puerto me fui a almorzar y después básicamente caminé por todo el perímetro de la isla. Por la tarde, a las dos y media, la tonta no vino y fuimos a la esquina de Guraidhoo, también conocida como las cuevas de Guraidhoo, pero no son cuevas, son como balcones en las rocas, pero no hay cueva alguna y siempre estás en mar abierto. La corriente estaba del revés, así que entramos por el lugar por el que se suele salir y salimos por el punto de la entrada. En el tramo inicial vimos dos peces Napoleón grandísimo y otros peces de tamaño considerable y algún tiburón y hasta alguna águila marina, aunque alejados. También pasaron atunes. Ya después de girar la esquina, vimos al menos tres tortugas, una de ellas escondida en una de las cuevas (o recovecos) y otra que estaba entrando en una de las cuevas. Yo me metí en todos esos recovecos y llevé la luz para que se vea algo y por allí me crucé con una morena enorme que no estaba escondida, estaba de paso y tengo un vídeo super-hiper-mega chulo y además, soy el único que lo tiene porque como que las cuevas no interesaban al resto. Dentro de otra nos encontramos una pequeña gamba transparente y muy difícil de ver y que sólo está en cuevas y de nuevo, yo soy el único que mostró interés por verla. En otro punto vi una langosta escondida en un hueco en la pared.
Después de salir y volver al poblacho me fui a ver a mi amigo Dive Master que trabajaba el año pasado en el centro de buceo y ahora está en la competencia. Por la tarde elegí para cenar uno de los restaurantes nuevos de la isla, en el que aunque tuve que esperar, no fue hora y media, pero entre que llegué, pedí, me sirvieron, comí y pagué, sí que pasó tranquilamente una hora y media. Después de eso me retiré a descansar, que lo de las tres inmersiones diarias, con dos profundas, cansa un montón, que ya tengo claro que la semana que viene, cuando regrese a la chamba, necesitaré descansar allí de mis vacaciones.
Una respuesta a “Águilas marinas, el lugar sin mantas y tortugas y morena”
No te puedes quejar, está plagado de bichos y hasta tienes una tonta en tu grupo… 🙂
Besitos a los pescaitos… 🙂
Salud