Yo cada vez le tengo más tirria a las pelis del universo cinemático y televisionmático de la Marvel, que es que las cagan a porrillo y de entre todas las sagas que se van mezclando en este batiburrillo, la peor, con diferencia, es esta saga, que va por la tercera película y ni Ant-Man ni Ant-Man y la Avispa – Ant-Man and The Wasp consiguieron llegar al aprobado, así que esta lo va a tener muy duro para convencerme que es cine que vale la pena. El tercer intento tiene un nombre estúpido, absurdo y patético, Ant-Man and the Wasp: Quantumania y en español no se quedaron atrás y jiñaron el título de Ant-Man y la Avispa: Quantumanía, al que solo les faltó añadir truscoluña no es nación.
Un julay amariconado se corre de gusto con sus lycras, pero sin chimpún.
Tenemos que el panoli inútil este tiene una vida peripatética y de repente, al acarajotada de la hija, que en lugar de espabilar y ser una persona de provecho decidió vivir del cuento como el padre, los manda a todos al recarajo de un universo microscópico o algo así, el mismo en el que al parecer estuvo la abuela y en el que la abuela chingó que no veas y en ese universo hay un negro malo-malísimo que es lo peor y que está cuatripitido y hasta más, con lo que ya estamos hasta los güevos del negro y nos lo van a poner hasta en las sopas de sobre, que yo no como. O algo así.
Salvo por los primeros cuatro o cinco minutos de la película, que son en calles normales, esto es una historia totalmente hecha con pantalla verde y solo, solo, solo con efectos especiales. Se inventan todo un mundo que parece de dibujos animados, malísimo, con unos efectos especiales pésimos y en ese mundo meten a una familia disfuncional y a un negro que primero nos lo muestran como una bella persona pero que pronto se dan cuenta que en gringolandia a esos los tirotean por la maldad tan grande que llevan dentro y lo transforman en el malo. El pavo ese podría protagonizar todas las sagas de terror habidas y por haber y sería terrorífico, que no sé si lo hicieron a propósito pero es que tiene una nariz más grande que la trompa de un elefante y los agujeros de la nariz son más grandes que sus ojos, que yo estaba aterrorizado en el cine porque si estornuda, me podía ahogar en los mocos que saldrían por allí. Aquí no hay actuaciones ninguna y da pena, penita, pena ver como Michael Douglas y Michele Pfeiffer se tienen que apuntar a estas vainas para pagarse los pañales de viejos. La historia no la entiende ni un erudito, claro es lo que sucede cuando van enseñando versiones de la peli al público según la hacen y cambian lo que la gente indica que no moló y al final tienes una aberración que no tiene sentido alguno. Las escenas finales son para mostrar al negro malo-malísimo requetequeteque-multiplicado y atacando a la Tierra por culpa de esta banda de panolis.
Si eres un miembro del Clan de los Orcos, esto lo han hecho para ti, con lycras en colores vivos y efectos especiales que no cesan y sin historia, que tu cerebro no da para más, así que vete a verla con el Clan al completo y hasta las hembras. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, huye.