Tremendo mal rollo de batidores


A mí me ha mirado primero un tuerto y después me remató un truscolán y un podemita, porque lo que me ha pasado no tiene explicación ni científica ni parasicológica. Yo durante un montón de años, pero un montón de los largos, tuve eso que se llama un batidor, la herramienta manual que se usa para batir en la cocina, ya sean claras, huevos, nata líquida o cualquier masa que estés preparando. No me refiero al eléctrico, me refiero al manual. Mi batidor formaba una extensión perfecta de mis manos y nunca me fallaba, era una máquina maravillosa que cumplía una tarea simple de una manera eficiente. No lo puedo confirmar ni lo confirmo, pero yo creo que era de la tienda esa del norte de Europa que solo vende cosas de su marca. Un día, le saltó una de las varillas y como que quedó tocado de muerte.

Mirando en una de las tiendas de hogar de los Países Bajos, encontré uno fastuoso y fabuloso, puro diseño y que se veía fantástico, así que me lo compré y no podía caber dentro de mí más gozo. Era la culminación de los sueños de toda una vida. Se veía lindo, era eficiente y hasta lo habían diseñado de tal manera que cuando lo apoyabas, el encontraba su equilibrio. Mes y medio más tarde, se descuajeringó todo, se descompuso, se deshizo y lo tuve que tirar con tremendo disgusto, porque además, es que el ticket de compra lo tiré a la basura porque contaba que el cacharro me duraría al menos tres lustros. El cabreo que pillé fue legendario y justo esa semana, en la cadena de supermercados esa de la que soy muy fans tenían uno en la sección esa de morralla que cambia cada semana y en la que igual encuentras una semana un cargador de pilas recargables y un montón de pilas por buen precio, que otras cosas y por lo general, todo lo que venden por ahí es de buena calidad porque los alemanes se toman estas cosas muy en serio. El nuevo se veía con un diseño muy clásico y robusto y supuestamente, con el mango de bambú, que no sé por qué pero ahora es muy popular en los utensilios de cocina y creo que tengo hasta una cuchara de madera de bambú de esas. Como paso por el super varias veces por semana, en una de las visitas vi el batidor y lo compré. De nuevo mi universo volvía a estar completo.

Pasaron creo que dos meses, quizás menos y ayer se me antojaron unas tortillas de carnavales grancanarias, así que busqué la receta que usé el año pasado en el llutuve, lo dividí todo por tres para tener una ración más cercana a lo que yo puedo comer y me puse manos a la obra. A media tarea, el mango fastuoso de bambú se fracturó y se separó de la barte de batir, con lo que el artilugio se convirtió en basura. Más de una década con un batidor y en tres o cuatro meses, paso por la experiencia traumática de dos de ellos. Después de tanto disgusto, hoy al mediodía, o más bien, después del mediodía cuando paró de llover, di mi paseo habitual andando hasta la tienda esa de muebles del norte de Europa, que la de mi ciudad está a unos quince o veinte minutos de mi keli, me fui a la sección de cocina, desde la que hay un atajo directo hasta las cajas que te ahorra media hora caminando en el laberinto, revisé y comparé las tres opciones que tenían y me compré el que se parece más a aquel que formó parte de mi vida durante tanto tiempo y con tanta profesionalidad y buen hacer.

Mañana me hago tortillas de carnaval con otra receta que quiero probar y veremos que tal va. El ticket del precio, en este caso, me lo mandaron por correo electrónico y lo tendré hasta el final de los días, con lo que como este me falle, me voy hasta la tienda a devolverlo y que me den los leuros de vuelta.


4 respuestas a “Tremendo mal rollo de batidores”

  1. Yo llevo toda la vida usando un tenedor para batir huevos, o sea, un tenedor normal y corriente, mi madre lo hacia así a pesar de, al igual que yo, tenia un batidor, y no hay manera, mira que he tratado de usar el dichoso batidor, pues nada, es superior a mis fuerzas, enseguida lo dejo y agarro el tenedor y tan feliz, en unos segundos está listo el o los, huevos batidos y perfecto…
    Salud

  2. No veas los músculos que te saldrían para batir claras de huevos y hacer merengue si usas el tenedor o incluso los panqueques que hago los domingos.

  3. Jajajaja, a mí me pasa igual con uno que tengo desde hace eones, sigue sobreviviendo a todos los que llegaron después, solo que se me hace muy pequeño, pero ahí está, cargándose competencia año tras año!