Autorretrato al ocaso


En Bodrum, con el Turco, me lo pasé genial, descansé y me desconecté de todo, que es lo que quería y de alguna manera, el Turco parece ser la persona perfecta para esos menesteres, me deja a mi bola y no me agobia, algo que yo le agradezco un montón. Además, su padre es un puntal, está siempre haciendo ejercicio físico y me arrastra con él a caminar, correr, nadar y nos divertimos a primera hora, cuando el Turco aún no se ha levantado y para cuando lo hace, flipa cuando escucha todo lo que ya hemos hecho. De las cienes y cienes de miles de fotos que hice en Bodrum, mi favorita es la de hoy, aunque aquí la vemos en una nueva versión filtrada que también mola mazo y que nos lleva a un pasado no muy lejano que era ciertamente mejor que los tiempos del coronavirus. Tenemos un ocaso espectacular, con el sol a punto de esconderse tras una pequeña isla en Gümü?lük. Por razones que no me explico, mi pelo, mi barba, el sol, el encuadre, todo, todo, todo quedó perfecto. Decir, para la hemeroteca, que tras ponerse el sol nos bañamos y que el ocaso lo presenciamos sin nadie más, que éramos los únicos interesados en ver aquel momento único.


4 respuestas a “Autorretrato al ocaso”

  1. A propósito, es posible que el problema al comentar ya no lo tengas. Ya me dirás aunque creo que tendrás que poner los datos la próxima vez y a partir de ahí, debería guardarlos sin problemas.

  2. Si la vi, claro… 🙂
    Sigue igual hoy Sábado 8
    No sabes la envidia cochina que me dan tus helados, tienen una pinta de calidad increíble 🙂
    Salud