Billie Eilish: The World’s a Little Blurry


En el arranque de los cines no podían faltar los documentales, que no hay nada más glorioso que verlos en una pantalla gigantesca. Aunque por lo general nunca me los pierdo, ahora que estamos de reapertura y hay poco para elegir, es que no dejo pasar ninguno, ya que al contrario que las pelis, que aguantan días y días y días en cartelera, los documentales los ponen unas pocas veces y si no estás al loro, se te escapan, así que trillo la cartelera semanalmente mirando lo que ponen todos los días. El de hoy se titula Billie Eilish: The World’s a Little Blurry y está disponible en la plataforma digital y tal y tal de los ricachones como Virtuditas, la de la manzana esa podrida. En español también la podéis encontrar buscando truscoluña no es nación.

Una julay acarajotá se pasa el día gritando y gimiendo y los vecinos están hasta las pelotas de ella

Puedo jurar y juro que yo no tenía ni puta idea de quién es la Billie Eilish y hasta entré al cine pensando que era un tío en plan travelo, al mirar el póster de la película. Resulta que es una post-adolescente con un montón de tics y seguramente algún tipo de autismo que hace música con su hermano, que viene de una familia como muy musical y tal y tal y que llega a la fama y se rechifla. La seguimos durante un montón de tiempo mientras creaba su primer álbum y cuando lo comenzó a promocionar.

Incluso ahora que he visto la película, creo que solo conozco una de las canciones de la chama y fue porque se usó en varios trailers y en varias películas que vi el año pasado. Aún así, el documental es muy interesante, no solo para ver el proceso de creación, sino también las dinámicas dentro de una familia que cuando descubre que la línea es una mina de oro, se arracima en torno a ella para trincar algo. La chavala tiene una voz muy linda pero la cámara la odia con una saña que no veas, saca lo peor de sus tics y además es que cuando se viste, es que lo hace para dañar los ojos de los espectadores. Vemos sus gambadas, sus metidas de pata y como se va transformando en un ser quasi-independiente con un montón de pasta. Su hermano resultó un personaje muchísimo más interesante por todo lo que aporta en la creación y producción de las canciones y también porque parece ser el único que la puede calmar y bajar de vuelta a la Tierra cuando se le va el santo al cielo y entra en órbita. La película es una visión fascinante al universo de los adolescentes actuales.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, seguro que sabes de esta pava más que yo y tu hembra seguro que grita las letras de las canciones llorando o algo así, que no creo que tú lo hagas. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, esto es como un documental de la National Geographic en el que las bestias son animales que casi podrían pasar por seres humanos y te debería molar.