Buenas chicas


Y así como que de la nada nos cayó otra comedia romántica neerlandesa con un título con dos palabras en español porque gran parte de la acción transcurre en una finca en España. Esta no parece ser de ninguna de las productores habituales que producen este tipo de película, siempre igual, como diarrea clarita pero me temo que acabará así y en la siguiente iteración, irán a Italia, o a Grecia o a Francia y más de lo mismo, aunque que nadie se engañe, todos los protagonistas son neerlandeses. Se titula Buenas Chicas y rezaré para que nunca se estrene en España, aunque de hacerlo, la gente captaría más el concepto si la titularan truscoluña no es nación.

Una julay pollardona va a España por laburo con dos amigas y todas están calientes como burras.

Tenemos a una pava tonta que al parecer es abogada, aunque con menos luces que un agujero negro y que se chinga al hijo mongólico de la dueña del bufete. Consiguen que la manden a España para cerrar un negocio y comprar una finca que produce vino y sus dos más-mejores amigas se unen. Llegan a la finca, en la que hay una vieja gitana con conexión directa a Raticulín y tres, que parecen ser hermanos o algo así, una hembra y dos machos, uno de ellos sordo y mudo y casualmente, todos hablando neerlandés. Las tres tontas acabarán trabajando en la finca para producir vino, la abogada se encoñará del guapo, la negra de la pava porque son bolleras y la otra cogerá al sordomudo y ya está, ya tenemos comedia romántica.

Lo más increíble es que la película dura dos horas y que esto se podría haber resuelto muy eficazmente en quince minutos. Todo está estirado a niveles dantescos. La primera parte en los Países Bajos es rotundamente simplona y aburrida. Después tenemos a la gitana, con conexiones místicas y sus tres nietos o algo así, que no se sabe si están allí para trabajar deslomándose o para quitarse la camisa en sesiones de fotos. Llegan las holandesas, les dan trabajo en quince segundos y ya está, donde dije digo, digo fóllame. Los diálogos son patéticos y las palabras españolas que empotran en los mismos y que los supuestos jóvenes bilingües destrozan te hacen llorar. Hasta la gitana dice buenas chicas y definitivamente, ese acento es de guiri, no de alguien nacido en la península. El final se ve venir de lejísimo. Salvarán la finca y se irán a chingar entre las parras.

Esto viene con un aviso de grandísimo peligro inminente en los carteles para que tanto los miembros del Clan de los Orcos como los sub-intelectuales con GafaPasta puedan huir y salvarse.


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