Buscando a Nemo – Finding Nemo


De casualidad descubrí que en la filmoteca en Amsterdam, el fin de semana pasado, pusieron dos películas de la Pixar el domingo por la tarde, una detrás de otra. Se trataba de WALL-E, que cumple quince años en el 2023 y de otra que cumplió 20 y que por eso no ha sido nunca comentada en el mejor blog sin premios en castellano, que comenzó hace diecinueve años nada más. Inmediatamente me organicé una sesión y puedo confirmar y confirmo que el cine estaba petadísimo, que la gente no va a ver las mieldas de superhéroes que se hacen ahora, pero les pones una buena peli vieja y el cine está hasta la bandera y quizás hasta más allá de la misma. Le peli que voy a comentar es Finding Nemo, que en España se estrenó en su día como Buscando a Nemo y que ahora las podemitas quieren cambiarle el nombre por truscoluña no es nación.

Un pescao julay hace novillos y acaba enchironao con el primo del Güaca y su viejo lo tendrá que salvar.

Tenemos un pez payaso que se chinga a una pez de esas y que tienen un montón de huevos, solo que un bicho malo se los come todos y a la madre salvo por uno, con lo que el padre cría a su hijo único, que le sale un cafre de-que-te cagas y que es demasiado travieso. El pescao hace una chorrada para demostrar que tiene los mondongos más grandes y acaba capturado y enviado a una pecera en un dentista y su viejo emprenderá una aventura para rescatar a ese mal hijo y en el camino conocerá a una pescada llamada Dory, que mira que es toleta. En esa aventura se cruzarán con tortugas, tiburones, ballenas y cienes y cienes de otros peces y hasta con algún pajarraco.

Mira que hacía tiempo que había visto esta película y tengo la certeza absoluta de haberla visto una sola vez, en el cine y todos mis recuerdos sobre la misma están sobre esa única vez y algún pedazo de la peli que puedan haber metido en algún vídeo, aunque como no es un musical, eso no sucede con frecuencia. Como buceador, siempre que veo un pez payaso, lo llamo Nemo, que es el nombre que se me quedó de la peli. La historia ha envejecido un poco, está bien escrita, pero viéndola veinte años después, está un poco pasada de vueltas y la aventura es irreal. Pese a eso, es entretenida y Dory robó casi todas las escenas al padre, con su memoria de un par de minutos. Visualmente la película es espectacular y la escena con los tres tiburones que quieren hacerse vegetarianos es fabulosa, seguramente lo mejor de la película por lo compleja que es y porque definitivamente, puede provocar terror a los chiquillos. La parte del final es algo melosa, se les fue la mano endulzando el final para que fuera super-hiper-mega feliz, pero se les perdona.

A estas alturas, seguro que todos la hemos visto, pero vamos, si jamás te molestaste, esta es una que tanto un miembro del Clan de los Orcos que se ha chingado a su pelleja y la empreñó y ahora tiene una bestezuela como cualquier sub-intelectual con GafaPasta con su progenia, pueden verla y ambos la disfrutarán, aunque no por igual.


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