Cama Adentro – Señora Beba


No todo es cine de palomitas y cachondeo. De cuando en cuando apetece lanzarte dentro de una historia que te cautive y haga tambalear los cimientos de aquello que damos por sentado. No es muy fácil encontrar este tipo de cine salvo en las filmotecas o en los festivales. aquí en la ciudad de Utrecht cada año se celebra un Festival de cine latinoamericano el cual nos permite durante unos días ver infinidad de películas que llegan desde todos los países de habla hispana y que habitualmente no tendríamos la posibilidad de ver. Mi amiga la Peruana eligió un par de esas películas y nos hicimos una sesión doble. Nos encontramos en la estación y desde allí fuimos en bicicleta hasta el cine en el que se celebraba el festival, el Louis Hartlooper Complex, un antiguo edificio reconvertido en filmoteca y que se encuentra en unaplaza rodeado de terrazas y baretos, uno de los rincones más encantadores de la ciudad de Utrecht sin lugar a dudas. Dicho esto, decir que hoy quiero hablar de Cama adentro, película que igual habéis visto en la cartelera española como Señora Beba.

La historia cuenta la relación entre dos Jennies del centro de Buenos Aires que pasan hambre y miseria con tal de aparentar y se sienten muy unidas entre ellas, tanto que se plantean el rollo bollo y piensan en restregar estropajos como forma de entretenimiento lúdico. Una de las Jennys es la señora de la casa, una tipa que lo fue todo y ha terminado en la miseria por culpa de la debacle financiera argentina y la otra Jenny es la chacha, la señora del servicio, una hormiguita trabajadora y adorable que ha de tomar grandes decisiones por sí misma. Presenciaremos la ruptura de su relación y el drama emocional que ello conlleva.

Me pregunto por qué algunos de los gilipollas que se consideran directores de cine en España no ven más cine sudamericano para aprender. Después de todas las mierdas que me he metido entre pecho y espalda en cines de España, creadas por supuestos artistas, avaladas con dinero público y alabadas por esa banda de lameculos que sobrevive a base de recepciones y cócteles, después de todo esto me daba algo de miedo encontrarme con más de lo mismo y entré en el cine con recelos. La realidad es bien otra. Durante una hora y media disfruté con un drama terrible que cuenta la historia de dos mujeres y como han de sobrevivir en plena crisis argentina, como su mundo se desmorona poco a poco y su relación de señora y criada se va transformando en la de dos amigas que se quieren y se necesitan para vivir. No hay resentimiento en la forma en la que se nos cuenta su vida, solo se refleja la realidad y la tenemos que aceptar tal como llega. Su mundo cambia rápidamente y se han de adaptar como pueden. Una cae en picado desde su pedestal de Señora y se enfrenta a las deudas, al hambre y a muchos problemas y la otra que ha pasado toda su vida trabajando para conseguir lo poco que tiene sabe que solo tiene que seguir haciendo lo único que sabe hacer para salir adelante. Entre ambas los vínculos afectivos que hasta ese momento eran latentes aflorarán y se ayudarán la una a la otra.

Me llama la atención el que se cuenten este tipo de historias y se elija actrices maduras para hacer los papeles. Se valora el buen hacer, la maestría, el talento de estas mujeres, la facilidad que tienen para hacernos creer sus papeles y como nos identificamos con ellas y sufrimos en el silencio de la sala su drama. Yo estoy acostumbrado a ese cine que prohibe terminantemente el uso de actrices mayores de treinta y cinco años en papeles principales, solo vemos películas con adolescentes de tetas operadas y cerebros vacíos las cuales muchas veces no son capaces de repetir las líneas de sus papeles y que han sido contratadas por esos labios de colágeno que nos mantienen en la sala mirándolos fíjamente y soñando con una buena mamada. Esta película es una renovación de mi fe en el cine, un homenaje a la inteligencia del espectador, a la sensibilidad, a los guiones que no tienen que explicarte todos y cada uno de los detalles porque asumen que hay algo de inteligencia en las butacas del cine. Hay veces que el director está en racha, el guión es excelente, los actores dan lo mejor de sí mismos y el resultado es una pequeña joya que nos sorprende. Esta es una de esas ocasiones. Si tienes oportunidad, si por casualidad está en algún cine cercano a donde vives, no te lo pienses y regálate algo de buen cine.

Espero que quede claro que no puedes ir a ver este tipo de historias con tus amigotes descerebrados, ni con la piba esa que solo piensa en el viaje que le darás más tarde en el asiento de atrás del coche. Esto es cine para disfrutar solo o acompañado por alguien que ame el cine tanto como tú, es una película para ver en silencio, sobrecogido y comentarla cuando acabe mientras te tomas un capuchino y comes un pedazo de tarta.
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Una respuesta a “Cama Adentro – Señora Beba”

  1. que buena crítica, no has usado tu humor habitual (algo sí), pero me ha gustado
    a ver si te vienes ya que hace un trillon de años que no voy al cine