El segundo día de caminata en la jungla lo hicimos en gran parte siguiendo el descenso del río Mae Taman, en el que hay varias pequeñas cascadas y en el que te puedes bañar. Aquí se aprecia mejor lo densa que es la vegetación y podemos ver al chamo médico canadiense saltando al agua y a las dos chochas arriba pensándoselo. En este caso, yo pasé de saltar que mis oídos se resienten mucho con las entradas brutales en el agua y no quería arriesgarme. Creo que me bañé en la piscina que se forma tras la cascada. Los mosquitos no salen en la foto pero estaban ahí. A los canadienses me los volví a tropezar un par de semanas más tarde en Koh Tao. Con el golpe de Estado de los generales, tanto mi viaje como el suyo se vieron trastocados y finalmente acabamos en las zonas más turísticas y seguras y como Koh Tao es un poblacho, nos cruzamos por la calle.