
La penúltima vez que estuve en Hilversum me crucé con esta maravilla, una bakfiets de las de antes, de las Ancestrales, que además es de un señor que tiene una empresa para hacer vidrieras, de las de antes, que habrá gente a la que le mole ponerlas en puertas o ventanas o de adorno, porque si hay algo cierto en este universo y quizás en todos los otros, desde el punto de vista de aislamiento energético, las vidrieras son lo peor de lo peor. La bicicleta tiene pinta de acumular décadas en uso y está relativamente bien cuidada. Hay incluso un par de pequeñas vidrieras en su cesta de carga. La ausencia de frenos nos indica que se frena a contrapedal y tampoco parece tener marcha alguna, aunque en Hilversum no debería ser un problema porque es una ciudad plana. El conductor debía estar sentado en alguna de las terrazas que están en esa plaza, que no creo que uno se vaya muy lejos dejando las vidrieras ahí.