Cómo entrenar a tu dragón – How to Train Your Dragon


Está claro que hemos entrado en una nueva fase en lo que al cine se refiere. Después de años de perder espectadores y de ver languidecer las salas, la llegada del 3D ha sido toda una revolución y la gente vuelve a disfrutar con el espectáculo porque te digan lo que te digan, ni es lo mismo ni es igual el verlo en tu casa, por más que tu maravillosa pantalla plana te haya costado más de doscientos eurolos. Si al 3D añadimos la animación por ordenador, las películas es que son alucinantes. La última de este estilo que he ido a ver ha sido How to Train Your Dragon que también se ha estrenado en España con el título de Cómo entrenar a tu dragón.

Un julay poligonero se apaña un lagarto enorme como mascota y trata de convencer a una loba no herida para que se deje endiñar el lebrancho que lleva entre las piernas

En algún lugar del norte de Europa, en tierra de vikingos, los dragones son una plaga que combaten como algo habitual y allí vive un chico que no termina de encajar entre toda esa gente ruda y decidida ya que él no es que pierda aceite pero es como intelectual, quizás porque un día leyó los textos que decoran los paquetes de papel higiénico. El chiquillo captura un dragón y en lugar de matarlo, lo domestica y lo convierte en su amigo del alma y juntos darán un montón de caña en el barrio y serán la sensación. Es una de esas historias en las que alguien al que todos ven como diferente hace que los demás despierten y descubran que el mundo es mucho más variado de lo que pensaban y hay que ser un poquito más abierto al cambio.

Desde el primer segundo de película se te abre la mandíbula y te sale un enorme ¡Guau! que dura hasta que llegan los títulos de crédito. Es una pasada increíble, un concierto visual espectacular, con una trama entretenidísima y un virtuosismo que difícilmente se puede superar. Por supuesto todo tiene un precio y en este caso es que la película quizás sea un poco compleja para niños pequeños (de menos de seis años) y puede que tengan pesadillas si la ven porque escenas violentas las hay a porrillos y los dragones no es que echen agua bendita por la boca. Aparte de eso, me divertí como un enano, viví la aventura de principio a fin, sufrí, me reí, salté asustado y sudé la gota gorda cada vez que sucedía algo malo.

Los actores que ponen las voces no son muy conocidos (al menos por mí) y salvo por la voz de Gerard Butler no reconocí ninguna otra pero vamos, que eso no le quita una sola décima a la película. Es una auténtica pasada, un festival de buen cine con el que pasaréis un muy buen rato y que definitivamente, no deberíais dejar pasar y por supuesto, hay que verla en el glorioso 3D.

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