Con el cambio climático que en realidad no existe, estos días me he librado de una ola de caló de la dañina en los Países Bajos, con temperaturas por encima de los veinticinco grados y un bochorno enfermizo, mientras que en Gran Canaria los alisios mantienen la temperatura entre los 18 grados de noche y los 23 de día, en el norte de la isla, que para mí es perfecto. Mis amigos neerlandeses, que se quejaban del invierno eterno ahora han cambiado el disco y se quejan del bochorno y de como sus casas se han recalentado, algo que supongo que también le ha pasado a la mía, aunque dejé varias ventanas medio-abiertas y espero que la casa se enfríe antes de que yo vuelva.
Mientras estaba por aquí abajo he tenido que afrontar un drama que se desarrolla en mis vuelos a Gran Canaria, por culpa de la empresa de la manzana podrida y mordida. Resulta que mi AiPá, que apenas tiene seis años, ya tiene la batería degradada y no tiene jugo suficiente para aguantar cuatro horas de uso, que tampoco le estoy pidiendo trece y cuando digo uso, yo me limito a ver vídeos de las series que sigo y de cuando en cuando hecho una partida al único juego que tengo instalado en el dispositivo. Como lo tenía que cambiar, hice una investigación y resulta que ahora, si quieres el AiPá más barato, el modelo es el del año 2020 y el siguiente en precio es del 2022 y ambos, carísimos y sin posibilidad de expandir, así que decidí mirar entre los androitotorotas, que mi telefonino es de ese bando y me va de fábula y encontré que la empresa esa de los kabezudos-koreanos-de-mielda tiene unos con pantalla de once pulgadas, mayor que la del AiPá, básicamente del mismo tamaño, y encima hay una semana del marrullerismo y la gentuza en el Korte British y me lo compré a un precio muy barato, con lo que este será el último viaje del AiPá y ya he comenzado la migración de todos los programas que uso al otro lado, dándose también la casualidad que para emigrar el jueguillo, conocido como Toy Blast, me he tenido que dar de alta y crear una cuenta falsísima en el CaraCuloLibro para subir mis resultados ahí y bajarlos en el otro lado, porque los de la manzana podrida son putos con lo de colaborar con otras plataformas. Como me pedían nombre y apellidos, me creé la cuenta Maléfica Ancestral Italital, después de hacerme una cuenta de correo de usar y tirar y ahora solo me queda encontrar un programa que pago en el AiPá para leer el contenido sindicado, eso que se conoce como el RSS y una vez lo tenga, diré adiosito al AiPá y al universo de la manzana, o más bien diré Hasta Luego porque en el laburo me dieron uno de esos telefoninos que solo uso para leer el correo y chatear con los compañeros y que pasa más horas apagado que encendido. Tendré que hacer limpieza de cables en mi keli y tirar todos los que tienen el conector equivocado, que debe haber un montón de esos.
A la nueva tableta, ya le puse el lanzador de aplicaciones de Microsoft, que es el que uso también en el telefonino y es prácticamente como tener dos hermanos, los dos entornos son super-híper-mega parecidos.
2 respuestas a “Cosillas y cosillas”
Quien te iba a decir que en tu futuro, tus hijitos electrónicos iban a ser amarillos… 🙂
Salud
Sabes que soy defensora acérrima de la manzanita, pero bueno, lo que explicas es lógico como razón para cambiarse de bando, la pela es la pela!