Crisis superada


Ya conté ayer el drama al que me vi abocado por mi torpeza y que tantas noches de insomnio me provocó. Hoy quiero seguir ahondando en el asunto pero a partir del momento en el que fui al dentista.

Fui a la hora convenida al dentista y ambas me esperaban sonrientes. Lo de crear el molde de tu dentadura es una tarea algo cochina y a la que la única ventaja que le veo es que el dentista no se empeña en hablar contigo porque tienes la boca llena de substancias extrañas. Primero me pusieron como una placa metálica que eligen según el tamaño de la boca. Yo soy un bocazas como todo el mundo sabe así que agarraron el tamaño más grande y como no daba de sí terminaron usando un plato grande. Una vez tienes esa cosa en la boca empiezan a rellenar con una masilla y la visión que tienes desde la silla es la de un sofisticado albañil al que le da un poco de asco hacer su trabajo. Por aquello de las leyes de la maniática, cuanto más meten en la boca, más babas salen de la misma y como no pueden usar el succionador te plantan un babero que se pone perdidísimo. Cuando quedó satisfecha me dijo que mordiera un poco, esperó unos minutos y se puso a pegar tirones con objeto de aflojarlo y poder sacarlo. Así hizo el molde superior.

molde de la dentadura

Sin darme descanso repitió el proceso con el lado inferior el cual es aún más hediondo y molesto porque la lengua está de por medio y al resecarse se pone gorda y dura. Los sistemas de protección automáticos tratan de empujar la substancia maligna hacia fuera y tienes que contenerte. La dentista hablaba con su compañera y me retransmitían el evento. Recuerdo la primera vez que me hicieron esta faena, hace un montón de años cuando mi dentista en Gran Canaria hizo lo mismo. Pensaba que después de tanto tiempo habrían mejorado el proceso pero puedo confirmar que la evolución es nula en este campo.

Arrancar el segundo molde fue aún más complicado que el primero. La mujer tiraba y tiraba y no se soltaba y me zarandeaba y yo pensando que como siguiera así lo que iba a arrancarme es toda la dentadura. Tras soltarla yo ya me estaba levantando cuando ella me sujeta y me vuelve a poner en la silla. ??Aún no hemos acabado contigo?? – me dijo. Su ayudante desapareció y unos momentos más tarde vuelve con una masa rosada y parecida a la plastilina que moldeó para que semejara un poco la forma de mis dientes y me obligó a morder. Después estuve un rato con eso en la boca y cuando se secó lo quitó. Me dijo que es para controlar el otro molde y asegurarse que no se ha deformado al arrancarlo, algo sobre lo que yo tenía serias dudas. Me emplazaron para unos días más tarde.

Férula nueva

En la fecha convenida, pasé por la consulta y me dieron mi nueva férula, la cual hubo que ajustar un poco porque los alambres que la sujetan me hacían algo de daño en la mandíbula. Yo pensaba que tendría que sufrir un periodo de adaptación y que me costaría días o incluso semanas hasta poder dormir normal pero no fue así. Esa primera noche me enchufé el aparato en la boca y en un par de minutos dormía felizmente. Espero que esta nueva férula dental me dure al menos quince años.

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4 respuestas a “Crisis superada”

  1. Hola.
    Tengo el molde de mi dentadura aquí en casa, en A’dam, jamás de los jamases voy a ponerla en foto, pero como no tengo nada que hacer en este justo instante me he puesto a comparar mi molde con el tuyo, y he salido perdiendo, qué feo es el mío!!!!
    Un abrazo.

  2. Un 30% de los seres humanos e incluso los inHumanos de los Pendones Negros necesitan férula dental. Siempre he sabido que mi dentadura es bellísima. La veo todos los días.

  3. Todo mal con las ferulas… o los aparatos, como los llamamos acá en Argentina… Son un bajón! jeje
    Pero dale tiempo al tiempo y vas a empezar a caer al laburo con las cosas puestas :P.. q son re atractivas además 😉
    Saludos.. suerte con las amigas dentistas

    pd: por que iba a querer alguien ser dentista? para descargarse con la pobre gente inocente? xD