The Damned


Aunque con frecuencia se me escapa alguna, siempre que puedo voy a ver las películas que se encuadran en el cine de terror. El problema es que las estrenan en Amsterdam y solo en sesiones de noche y me da un montón de pereza tener que volver en el tren nocturno, ese que solo sale cada hora y que va lleno de borrachos gritando y bebiendo sin parar. Eso solo mola cuando tú eres uno de los borrachos pero si te pilla sobrio, es agobiante. Por eso, aprovechando que tenían una sesión a las cinco de la tarde, fui a ver The Damned, película que aunque está dirigida por un español parece que no tiene ni fecha de estreno ni título en España, aunque está clarisimo que lo de truscoluña no es nación le cae que ni pintado.

Una banda de julays acaban en la keli de un viejo que tiene una hija más rastrera que un honorable de truscoluña

Un tipo viaja a Colombia para convencer a su hija que regrese con él a los Estados Unidos para ir a su segunda boda. Cuando están yendo a Medellín para recoger el pasaporte de la chama, sufren un accidente y acaban en la keli de un viejo que parece tener encerrada una joven en el sótano. Después de soltarla descubrirán que es más mala que un herpes y las pasarán putas tratando de deshacerse de semejante bicho malo.

Aburrida. No hay otra forma de definir la película. La historia es de esas trilladísimas que ya conocemos de siempre pero le falta garra, le faltan muertos y le sobran minutos y minutos en los que no sucede nada. El terror tarda demasiado en aparecer y cuando lo hace ni siquiera es miedo, es una voz cambiada en la gente, un par de miraditas, empujones y mordiscos. He visto películas dramáticas más terroríficas que esta, que se ahoga en la complacencia del director con las dos pibas que pone en pantalla y que seguramente quería chingar. La cámara salta de una a otra sin descanso y ninguna aporta nada o sabe actuar. El que es algo conocido en este equipo es Peter Facinelli, al que todos conocemos como el doctor Cullen, el padre de Eduardo en la Saga Crepúsculo y el vampiro médico que siempre hacía lo que quería su hijo. Aquí demuestra tener un poco más de sangre pero como la historia es malísima no puede hacer demasiado y pasa sin pena ni gloria por un paquete que nunca termina de enderezarse. Sin miedo, sin sustos y con un mal que da lástima y no miedo, la película fracasa y acaba por perder interés.

No creo que agrade ni a los miembros del Clan de los Orcos y definitivamente, disgustará al resto. Solo si la ponen por la tele y os apetece echaros una buena siesta.