De eetclub


Sigo en racha de películas holandesas de las que nadie hablará nunca jamás en español y esta bitácora se convertirá en el lugar de referencia para todos esos que cuando se enteran que se ven chochos peludos y rabos empinados se la quieren descargar y dejarán comentarios pidiendo el torrente que por supuesto borraré sin dudarlo ni un solo milisegundo. En este caso el pallufo se llama De eetclub y que nadie se ponga nervioso que esto jamás logrará cruzar las fronteras holandesas y estáis todos a salvo.

Una julay más puta que la galllina turuleta, toca un huevo, toca dos y toca tres y chimpún sacabó

Como no me quedó demasiado clara la trama diré que esto es una pija con ramalazo de arretranco que se muda a un barrio de gente rica con su marido y los niños y allí se mezcla con otro montón de pijas que tienen un club para comer juntas y al parecer unas follan con los maridos de las otras y alguien mata gente sin que se sepa muy bien la razón.

Menudo coñazo incoherente. No hay un solo minuto en el que tengas ni puta idea de lo que está sucediendo. Las escenas no tienen ni pies ni cabeza, de repente una tía está superenamorada de su marido y no le puede soltar el rabo de puro amor y un segundo más tarde anda en la escalera metiéndole la lengua hasta los riñones al vecino, el cual al parecer mata gente o no y todos van en coches de lujo a todos lados y tienen casas de revistas de decoración pero son gente mala y asquerosa.

Esta película coloca el listón de las malas muy bajo. Dura noventa minutos y le sobran ochenta y nueve. Ni siquiera las escenas de sexo merecen mención ya que son pocas y no se ve chicha alguna. El guión apesta, la dirección parece que la perpetró un ciego que jamás ha podido ver cine y los actores merecen la guillotina por este trabajo, todos y cada uno de ellos consiguieron provocar la repulsión de los espectadores, los cuales salían de la sala en manada y no se quedaban ni por la calefacción gratuita. Al parecer está basada en un libro que fue un éxito de ventas pero está claro que nadie lo leyó a la hora de escribir el guión. En lugar del club de comer la podían haber llamado putas y traidoras y al menos la gente sabría de qué va la cosa.

Un bodrio que desaparecerá de la cartelera holandesa en dos semanas y que nos recuerda que inútiles los hay en todas partes y no son patrimonio de la cultura de las subvenciones del cine español, aunque el director de esta mierda seguro que en España consigue hacer carrera y rodar una mierda similar cada dos años.

No hay que preocuparse porque seguro que ya hay una campaña para quemar todas las copias de este tostón y tratamiento gratuito para las personas que tuvimos que sufrir en la sala. Una mierda de las grandes.


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