Definitivamente mañana será otro día


Siempre buscamos la manera de vincular sucesos aleatorios. Está en nuestro código genético el encadenar cosas para que formen series, aunque unas y otras no tengan relación alguna. Hay gente convencida de estar en una racha de mala suerte, todo lo que sucede a su alrededor lo relacionan a su mala suerte. Lo mismo sucede cuando muere un famoso, algo que pasa continuamente. Dos días más tarde, o tres, o un mes más tarde cae otro y enseguida se les relaciona, es una racha, una sucesión encadenada de eventos. En mi empresa están convencidos que estamos en una de esas rachas. Desde agosto hasta ahora han ido cayendo (ex)compañeros de oficina. Primero uno retirado, después otro que estaba en otra empresa, el tercero fue el de la semana pasada y que hasta hoy ha estado en una plancha de frío aterrorizando a su familia en su casa y cuando por fin ese enfilaba el camino del crematorio y de su ganado calentón en horno, nos enteramos que el cuarto ya está aquí y este sí que nos pilla cerquita. Uno de los desarrolladores de software, de cuarenta y tres tacos pero friki total, como debe ser con la gente que se gana la vida escribiendo código en lenguas vivas pero terroríficas, no vino a trabajar el lunes. Esta mañana hacían uso de la información de contacto que todos hemos tenido que dejar al departamento de recursos inhumanos para preguntar por él ya que no respondía al güatzap, al teléfono, el esquipe ni a ningún otro medio de contacto. En este punto conviene mencionar que yo me negué por activa y por más activa a dar esa información de contacto a los de recursos inhumanos y al final creo que tienen el teléfono de un carnicero marroquí para que me despiece y que el paquete pueda ser más pequeño cuando me quieran extraditar. En el caso del chamo que desapareció sin rastro, el contacto era su padre. La empresa lo llama y el chamo no tiene ni puta idea así que decide ir a casa de su hijo para ver si pasa algo. Se lo encontró en la cama, tan frío como un muerto porque realmente lo estaba. Mi amigo el Moreno, que era su jefillo, fue informado sobre las doce, justo cuando yo empecé a mandarle una sucesión continua de mensajes porque no me cogía el teléfono para ir a caminar juntos. Cuando ya se me habían inflado las pelotas como granos de adolescente desbocado y bajaba a cantarle hasta las cuarenta me lo tropiezo en la escalera, amargado y me explica la razón por la que no hemos ido a caminar, estaban asimilando la noticia.

Sobre las dos menos cuarto llegaba el correo electrónico a todos los empleados informando de la muerte y convocándonos para una reunión mañana a las nueve en la que recordaremos al colega y se puede firmar un libro de condolencias que supongo que le llevarán a su familia. Volviendo al comienzo de esta anotación, la semana pasada hablaba de la forma tan rara (para mí) de tratar el fallecimiento de una persona y ya tenemos una serie sobre el tema. Veremos si hay un tercer capítulo. Al ser el único latino en el edificio, todo el mundo me ve como el ser cargado de algunas emociones que ellos reprimen y se me acercan para desahogarse y para flipar con mis ácidos comentarios, ya que en lo que sí sobresalimos los latinos es en lo de banalizar la muerte y hacerla más fácil para digerir. A uno de esos que se me acercó le dije algo que hizo que soltara una carcajada y me confirmó que me buscó a propósito porque sabía que era la única persona en el edificio capaz de hacerlo reír en lo que quedaba de día. En fin, que pase lo que pase, mañana será otro día o como dicen los holandeses, morgen weer een dag, que en muchas ocasiones se traduce erróneamente como truscoluña no es nación.

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11 respuestas a “Definitivamente mañana será otro día”

  1. Lo normal, en organizaciones con mucha gente siempre hay alguno que la palma de vez en cuando y si llevaban tiempo sin palmar nadie ahora tocan un par de ellos y si enciman cuentan a los jubilados cagate. Esos ya están en la segunda parte de la prórroga.

  2. Nosotros no somos una organización con «mucha» gente. Somos unos 140 y en los 16 años que llevo aquí, es el primero que la diña en activo.

  3. Ya ves, aquí acaba de palmar la Tita Barberá, eso si, en un hotel de 5 estrellas en donde se quedaba en Madrid cuando iba al Senado, estas cosas de haber visto a alguien el día antes, tan fresca, encima perseguida por fotógrafos y gente llamándola «choriza» y de repente palma con un infarto del 15, siempre me ha impresionado, pero a mi edad, cada vez mas, no somos nada, coño… 🙁
    Salud

  4. He escuchado en alguna peli o en algún lado, que en algunos países de Sudamerica se le llama así a la muerte y me encantó.

  5. Yo pensé en mis amigas las folclóricas, las que me encargaron hasta cuatro depiladores por rayos místicos y laserientos de cierta compañía holandesa y por culpa de las cuales, ahora me mandan todo tipo de información para peludas y de hecho, tengo mi propio canal en el llutuve sobre como solucionar tu problema si tienes el chocho peludo y estás afectada por el síndrome del felpudo.