Yo tengo un problema enorme con los amigos. Me cuesta decir que no. Siempre me acaban embarcando en las más estrafalarias aventuras. Exactamente eso fue lo que me pasó ayer.
Mi amigo holandés decidió unilateralmente que debo hacer deporte. Hace meses me comunicó la noticia y me informó que el deporte que yo tenía que practicar era el squash, porque es el deporte que a él le gusta. Así que acabé comprándome unas zapatillas deportivas de suela amarilla, porque parece que no se pueden usar las otras en esas instalaciones. Tras comprar las zapatillas parece que se le pasó la fiebre y me dejó en paz durante unos meses.
La tregua acabó la semana pasada cuando su mujer nos pilló por sorpresa y llamó y nos reservó la cancha (¿se dirá así?) para ayer. Ya no había vuelta atrás. Teníamos que ir. Me he pasado toda la semana pasada con el miedo en el cuerpo.
Finalmente ayer acudimos al evento. No sé, pero eso de meterte en una habitación que parece una caja, con una pared de cristal, a tirar una pelota contra una pared no me parece recontra chachi. A mí ya se me puso mal cuerpo cuando vi los vestuarios. Ni de coña me ducho yo en ese sitio, le dije. ?l reconoció que tampoco le motivaba la idea así que acordamos ducharnos en su casa tras la sesión deportiva. Subimos a nuestra cancha y había unas gordas jugando. Aprovechó hasta que nos llegara el turno para explicarme las reglas. Parece que sólo hay dos, pero aún no las he entendido. Hay como una caja pintada en el suelo y para sacar hay que meter uno de los pies ahí y tirar la pelota entre la segunda y la tercera raya que hay en la pared de enfrente y no puede rebotar sino tras la raya que parte la habitación en dos, pero solo por su lado. Difícil, ¿eh? Yo aún no lo he entendido del todo. Había otra regla sobre la primera vez que el oponente le da a la pelota, pero de esa sí que no me acuerdo y tampoco estoy muy seguro sobre la cantidad de botes que puede dar la jodida bola.
Que te expliquen las reglas ya es complicado. Llevarlas a la práctica es imposible. De entrada me puso en las manos una especie de raqueta larguísima y que no tiene mucha superficie de pegada (la malla esa donde da la pelota, vamos). Encima la pelota como que no rebota mucho en el suelo. Y no sé pa’ que me dijo lo de tirar entre la segunda y la tercer raya. Es que ni de coña la metía yo en esa zona. O por encima de la tercera, o entre el suelo y la primera. Mi amigo se estaba desesperando allí. Renunció a jugar según las reglas, que parecen hechas por una mente diabólica y decidió que lo mejor era jugar a la buena de Dios.
Encima no sé para que ponen esa pared de cristal sin cortinas. Este bochorno que pasa uno con la gente mirándote hacer el ridículo más espantoso. Encima he descubierto que según como me tiren la pelota, me sale un saltito mariquita que parece haber sido grabado en mis genes y que no puedo evitar que me pone de los nervios. Y un par de veces estuve a punto de arrearle un raquetazo al otro pobre tratando de alcanzar una pelota inalcanzable.
Las dos guarras que habían jugado antes que nosotros se quedaron un roto partiéndose el coño de risa mirándonos hacer el ganso, o seamos honestos, mirándome hacer el pato. A mí me pones delante de un ordenador y hago maravillas, me pones en la cocina y cocino como los ángeles, me sientas en una mesa y bebo cerveza como un campeón, me llevas a un cine y me haces la persona más feliz del mundo, me das una bicicleta y me hago 70 km sin problemas, me pones en una playa y me paso 8 horas tomando el sol sin decir ni pío, pero esto no me entra, esto del deporte de élite no es lo mío.
Hoy, un día más tarde, tengo unos dolores horrorosos en el brazo derecho (¡Ay Dios mío que no se me deforme!) mientras que el izquierdo no me duele porque en este deporte no se usa para nada. También tengo dolores en las caderas, en la espalda y en las piernas y al pesarme esta mañana descubrí que no he perdido ni un puto gramo y eso que dicen que el deporte es bueno para perder peso. Y una mierda pa’ ti.
Creo que me lo pensaré antes de repetir la experiencia y para recuperarme, hoy me voy al cine a sentarme en la sala calentita, con mi cerveza y disfrutar de una buena peli.
3 respuestas a “Deportista de élite”
Pues a mí sí que me gustaría volverme a poner las rodilleras, las playeras, mis licras, y ponerme a jugar al voley, ya sea en cancha o en la playa. Jo, que envidia….
Después de mucho indagar encontré donde mandar los comentarios. Me parece bien que no practiques más el squash que de deportistas está el mundo lleno. Por cierto Fede con esto de estar en Holanda se te está olvidando el castellano los comentarios supongo yo que serán aprobados.
Un beso
El Xoops fue traducido al español por otra gente. Ya lo he corregido. Si encuentras otras burradas similares, dímelo 😆