Doscientos veintinueve


Hoy tenemos otro detalle estremecedor de lo que está sucediendo. El domingo pasado se cumplieron doscientos veintinueve días con la temperatura máxima en el instituto nacional de meteorología holandés por encima de los diez grados. Es un nuevo récord que por ahora sigue sumando días y no se sabe hasta cuando continuará. Entre las anomalías que tenemos está que en noviembre, ya pasada la mitad, seguimos cortando la hierba del césped porque sigue creciendo, cuando lo normal es que te olvides del césped en noviembre y no te acuerdes del mismo hasta finales de marzo porque se mantiene verde y no crece. Tenemos incluso noches con más de diez grados, que pueden provocar y provocan que por la mañana, a primera hora, yo salga a correr con la ropa de esta época del año y vuelva a casa totalmente bañado en sudor porque esa ropa está pensada para temperaturas de ocho grados o menos, y con once grados, me aso.

Vemos huracanes brutales por aquí y por allá, tormentas terribles y todavía los hay que creen que no está pasando nada. En el siglo XX (equis-equis), con sus cien añitos, solo en seis ocasiones se dio una racha de más de doscientos días consecutivos con más de diez grados de temperatura máxima al lado de mi casa. En el siglo XXI (equis-equis-palito), con sus escasos veinte años incluyendo este 2020 con la mierda del virus truscolán podemita y todo lo que nos ha pasado, ya ven ONCE años con más de doscientos días consecutivos con temperaturas máximas por encima de los diez grados. Hay que ser simplón para no ver que algo está muy pero que muy podrido y como no lo paremos, vamos a vivir una sucesión de catástrofes brutales de las que seremos los únicos culpables.

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2 respuestas a “Doscientos veintinueve”

  1. La última frase es lapidaria «Seremos los únicos culpables». Más razón que un santo.