Seguimos adelante y después de girar en el siguiente risco, miro hacia atrás y hago una foto en la que se pueden ver las impresionantes montañas de la parte en la que están las vías ferroviarias. La bruma que desaparecía le da un bonito toque al azul del cielo. También vemos el grupo de gente y lo serios que se ponen con los abrigos, que cualquiera que los ve pensaría que estábamos a unos pocos grados y no es así. Entre los cascos blancos hay uno naranja, que si no recuerdo mal, es de los empleados de la empresa que gestiona el Caminito y que controlan que todos sigamos las normas.