La búsqueda hasta aquí


Ya que estamos en racha, pongamos también por aquí como han sido las circunstancias de la vida hasta este mes en lo relativo al laburo o más bien a la búsqueda del mismo, que hasta este momento, puedo confirmar y confirmo que ha tenido un resultado negativo y sigo parao, con lo que os podéis ahorrar la lectura del resto.

Como mi actual profesión es la de parao, tengo que informar cada mes al gobierno de mis búsquedas del susodicho y en una página especial llamada currelo, he de añadir cuatro solicitudes de empleo de algún tipo cada cuatro semanas, o eso que vendría a ser una por semana. Da igual si las hago todas el mismo día, en días diferentes, lo que cuenta es el número en cada ciclo, que es de cuatro por cuatro semanas. Aparte de eso y gracias a la pandemia del virus truscolán y podemita, no tengo que ir por las oficinas del paro y en su lugar, mi agente allí, me llama, supuestamente una preciosa vez cada seis meses, aunque en mi caso ha hecho una excepción y me llama con más frecuencia.

En los primeros meses, contaba también como búsqueda de trabajo el apuntarte a alguna de esas páginas güé que ofrecen curro, así que llenaba mi cuota sin ni siquiera buscar. En diciembre, por ejemplo, solicité trabajo para una empresa que no me interesaba para nada, nadita, nada, pero tenían la ventaja que su oficina estaba ubicada en Hilversum directamente en la acera de enfrente del Café Cartouche, que es un templo sagrado para mí. En la carta de presentación que me obligaban a añadir junto con el currículo, expliqué que quería trabajar con ellos porque están enfrente del susodicho Café y yo soy muy fans de esas costillas. Huelga decir que me rechazaron en menos de veinticuatro horas porque realmente yo no valía para ese trabajo, pero me sirvió para completar la cuota de ese mes. He sido muy selectivo en la búsqueda y me he centrado en ofertas que más o menos se centran en lo que estoy haciendo. En un momento determinado apareció una oferta de cierta empresa holandesa para la que ya trabajé y que después me vendió a los amarillos-de-mielda y solicité y como antiguo empleado, la cosa fue muy bien y hasta me hicieron varias entrevistas y yo estaba cuasi convencido que pillaba el trabajo, pero al parecer, alguien solicitó el puesto internamente y me dejaron tirado, o algo así. La interacción con ellos me sirvió para llenar un mes. Después hubo otras, como un puesto con una empresa electrónica de los kabezudos-koreanos-de-mielda, que es casi como que lo peor que le puede pasar a un ser humano, aunque mirándolo desde el pequeñísimo lado positivo, me iba a dar mucho material para el mejor blog sin premios en castellano y hablamos dos veces pero finalmente, eligieron a otro. También traté con una empresa gringa, hablé un par de veces con ellos y tenía buenas vibraciones pero según dijeron, las circunstancias de la vida hicieron que se cancelara la contratación de gente para ese puesto. En otras solicitudes, directamente no pasaba de la fase de envío del currículo, unos días o unas semanas más tarde te llega el correo con el rechazo o así y yo hago un exorcismo al ordenador y sigue tu vida. Así hemos ido marcando meses en los que he estado más bien entretenido con la buhardilla, pintando la casa, arreglando el jardín y entrenándome corriendo y tener o no tener un trabajo no es una de mis grandes prioridades.

Estando en Gran Canaria en julio y cuando supuestamente estaba de vacaciones, me contacta un chamo y me pide llamarme. Lo hace al día siguiente y yo, como por la keli de mi madre están destruyendo el universo y los ruidos de demolición y destrucción del asfalto son horrendos, lo que hice fue ir al antiguo Estadio Insular y hablé desde su interior, que ahora es un parque con pista para correr y las gradas del estadio amortiguan muy bien el ruido de afuera. El tipo me explicó todo y la cosa pintaba muy bien. Finalmente acordó que como yo volvía a Holanda el lunes, que el martes iría, FÍSICAMENTE, o sea, de corpore insepulto, a la empresa para una entrevista. La entrevista era a las nueve. Le dije que ni de coña iba yo a ese sitio tan pronto que llegaba el día anterior con el horrendo jet-lag que siempre traigo de España, que no es por las horas de diferencia, es por las horas de diferencia en la vida, que en Holanda se cena entre las cinco y las seis de la tarde y te acuestas más temprano que ahí. Acordamos la entrevista a la una de la tarde y él lo confirmó todo y se iba de vacaciones ese mismo día, que era viernes. Yo regresé a Holanda y el martes por el mediodía fui a la empresa y llegué un minuto antes de la hora prevista. Encuentro al chamo de recursos inHumanos y me dice que la entrevista es a las cuatro de la tarde. Yo le enseño mi último correo en el que me confirman que es a la una de la tarde y él hace lo mismo con el suyo, con las cuatro. Finalmente cambiaron su agenda y se sentaron conmigo, pero la cara de odio intenso del de Recursos inHumanos era clarita como la lefa aguada. A la semana siguiente me llamaron los de la empresa que me mandó y me dijeron que no le gusté al de Recursos inHumanos, que no tenía nada que ver con mi capacidad para hacer el trabajo, que simplemente no le gusté, que es una de las cosas bellas de los Países Bajos, que estas cosas te las dicen a la cara. Ya ellos sabían de la cagada del que organizó la entrevista en el día en el que se iba de vacaciones, con lo que no fue culpa mía. En cualquier caso, toda esa interacción me solucionó la mitad del mes.

Ahora estoy con una nueva tanda y parece que el mercado está más activo, con lo que espero que tarde pero puede que más temprano, tendré que trabajar de nuevo. Mi agente en la oficina del paro, que mencioné anteriormente, es una mujer que vino de Bonaire y que habla español, así que me llama y supuestamente debería ver como va la búsqueda de empleo pero sucede que nos pegamos hora y media o dos horas descojonados y contándonos historias así que en vez de llamarme cada seis meses, yo soy un cliente que necesita más trato y me llama cada mes o así, que yo ya le he dicho que no se corte y que siempre que tenga un rato que me llame, que ella también tiene que cumplir con su cuota y según me ha dicho, se pasa el día llamando a gente que está deprimida porque no trabajan o porque no pueden conseguir trabajo y lo de hablar conmigo de cualquier cosa que no sea laboral y encima en cristiano, es de puro lujo María.

Mientras tanto, la empresa que me botó a la puta calle se sigue desintegrando, han cerrado dos de las cuatro plantas del edificio en Hilversum para ahorrarse el alquiler, han quitado casi todas las plazas de aparcamiento por lo mismo y han hecho al menos otra ronda de despidos y se dice y se rumorea que a final de marzo del año que viene echarán el cierre por aquí. Como no quiero que se tuerza mi karma, les deseo todo lo mejor, siempre y ¡que les vaya bonito! Eso sí, salvo por los amigos que tengo allí, al resto ni agua y no respondo a sus mensajes por cierta red profesional de búsqueda de trabajo.


3 respuestas a “La búsqueda hasta aquí”

  1. Me he partido de risa, mira que si te sale el trabajo frente al Cartucho, engordarías seguro, y al carajo tu linea de sílfide … 🙂
    Deberías invitar a la chama de las Antillas a tu casa, y le enseñas la buhardilla y sobre todo, la regadera verde… 🙂
    Pues yo estoy haciéndole vudú al que se vengó de ti de recursos inhumanos, por cabrón y Truscolanpodemita 🙁
    Salud

  2. La verdad es que sobre paro poco puedo opinar, solo he estado una vez en mi vida, me cogí unos meses de relax, me pilló la pandemia con lo cual aún pude estar más de relax en mi casita, y en cuanto quise volver a currar, llamé un viernes y me citaron para entrevista el lunes, y me dieron de alta el miércoles. Eso sí, he de decir que en el sector que trabajo ya me conocían de sobra, así que ni tuve que verle la cara al de recursos humanos…

  3. Por cierto, en esos meses, como soy un culo inquieto, presenté los papeles para ir a una oposición…. la tengo el 11 de septiembre, y juro que ni me he leído el temario, pero ya que he pagado las tasas, voy a ir a echar la quiniela. Mi jefe de ahora está acojonao porque me toque y me largue, pero si me toca, salgo disparada a la vida funcionarial.