El castillo de cristal – The Glass Castle


Mi sesión triple de películas en las filmotecas en Amsterdam del fin de semana pasado acabó con la que voy a comentar ahora. En dicha sesión, fui al Pathé City y al Pathé Tuschinski y entre ambos hay unos diez minutos andando a paso ligero por una de las partes más bonitas de la ciudad, si sabes elegir el camino o por una avenida petada de turistas y tiendas para ellos si no lo sabes. Por supuesto jamás desvelaré la ruta correcta. Comencé en el City, mi segunda película fue en el Tuschinski y la tercera volvía a ser en el City con lo que entre pelis, paseo de ida y vuelta. Cuando acabó esta película opté por regresar andando hasta la estación de metro Weesperplein, a unos veinte minutos del lugar. Todo ese meneo me permitió ir a ver The Glass Castle, película que se estrenó hace un par de semanas en España con el título de El castillo de cristal.

Una julay que se cría en una familia de frikis trata de apuntalar su vida o algo así

Un chamo o está loco o simplemente es un chiflado y como que convence a su mujer para criar a su camada, bastante numerosa, como okupas y siempre huyendo de un lugar al siguiente. Además el chamo es alcohólico profesional, fuma que no veas y de cada dos cosas que dice, tres suenan rarito. Entre sus hijos hay una pava que sueña con marcharse de casa y ser normal y cuando lo consigue se echa un novio que el padre odia, se hace burguesa y como que le da la espalda a su familia o algo así. Su padre, más cabrón que un mosquito cojonero, se muda a Nueva York para estar cerca de la hija y amargarle la vida.

Esto es una de esas películas en las que nos pasamos el tiempo con saltos temporales. Ahora vemos a los niños en una mierda de casa y en dos minutos estamos como en el presente o algo así. Como sucede casi siempre, este diseño asimétrico de la realidad temporal me distrae y me agobia y la película, que podría haber sido un peliculón, se hunde por culpa de ello. Para mi el ver niños, adultos, niños, niños, adultos, niños, adultos, adultos, es confuso, no hay una línea argumental, pasamos de padre alcohólico brutal a persona agradable, a hija vengativa y desde el punto de vista de contarme la historia, esos cambios no ayudan nada. Reconozco que Brie Larson está fabulosa en su papel pero cuando le quitas los minutos de su versión joven, no tengo muy claro que fuese la protagonista. Odié hasta el último átomo de mi cuerpo a Woody Harrelson, tanto su personaje es deleznable como su interpretación del mismo deja mucho que desear. No entiendo por qué cerraba la boca como si se hubiese olvidado de ponerse la dentadura postiza, no aporta nada y resultaba más falso que una república truscolana. No merece la pena decir mucho más, es una historia pasable que podría haber sido mucho mejor.

Puedo ver las columnas de humo de los cines a los que acudieron los miembros del Clan de los Orcos para ver esta cosa. No es cine para ellos y harán muy bien en mantenerse alejados. Supuestamente es algo para los sub-intelectuales con GafaPasta, obviamente yo no soy uno de ellos porque no cuajó en mis interioridades.


3 respuestas a “El castillo de cristal – The Glass Castle”

  1. Manda huevos, que este finde leí una crítica donde ponían la actuación de Woody por las nubes!