El despertar del jardín


Este año parece que mis dos manzanos han decidido darme de lado y por ahora, no he visto una sola flor en ambos árboles. Estos no saben lo que les espera, sin flores no hay riego cuando haya sequía, aquí el que no produce, que le den por el jauer y tampoco les permitiré que crezcan como les de la gana, los tendré a raya, con ramitas pequeñas. El que se lo merece todo, todo, todo, es mi guindo, que por más que le pongo abono, no me crece, me ha salido enano y no le salen ramas nuevas pero el cabrón, en las que tiene, las tiene petadas de flores de la raíz a las puntas, con lo que tendré una cosecha de guindas, que a mí me gustan tanto o más que las cerezas. El albaricoquero, que llevaba dos años sin dar flores y no lo he cortado porque no he comprado un árbol alternativo, este año parece que ha decidido tener flores, aunque no me fío que hace tres años también lo hizo y después no dio un solo fruto y no será por abejas, que por mi casa polinizan con gusto.

Para no llegar tarde, ya he plantado tomates cherry a ver si tengo suerte y me salen y este año puedo comer los tomatitos, que el año pasado empecé muy tarde y llegó el frío justo después de coger unos veinte.

Lo que me tiene mosqueado y aún no le he encontrado solución es el césped. Hay una zona llena de moho que no hay manera de quitarlo y en otra parte, tiene unos claros horrendos. Igual es el tipo de césped, que aquí plantábamos uno acostumbrado a inviernos fríos y veranos moderados y ahora nos llegan las olas de calor horrendas y la sequía y nos prohíben regar y este tipo de hierba parece que no es la mejor. Veremos como lo soluciono. Mis dos parras están despertándose y tan contentas, a esas les da igual, en seguida empiezan a producir ramas y a echar hojas, aunque este año igual les controlo un poco el tamaño, que se ponen ambas gigantescas.

Y todo esto significa que los días sin hacer nada en el jardín se han acabado. Vuelve el trabajo de jardín, podar, limpiar, cortar, arreglar, arrancar y los contenedores semanales llenos con todo lo que voy quitando. Creo que llevo ya tres semanas llenando el contenedor hasta la tapa.

Mi Catalpa es la que todavía sigue durmiendo, aunque eso es normal, que siempre se despierta en los alrededores de mayo y con el frío que hemos tenido, se lo está tomando con calma.

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2 respuestas a “El despertar del jardín”

  1. Primaverita… aquí en mi tierra estamos por ahora en tema aparte con eso de la sequía, por ahora solo he tenido que regar el limonero un par de veces, con lo que llueve se me está poniendo precioso, cargadito de flores. Otra cosa es que salgan los limones, que desde que lo cambié de maceta no ha cuajado ni uno entero. (una vez salieron un par de amorfos, se ve que lo intenta…)

  2. No te tengo pena. Ya maté uno de mis limoneros y me compré otro más grande que igual no sobrevive, aunque ahora les he puesto inteligencia paranormal y artificial con unos sensores que me dicen cuando regarlos y ni aún así. Lo mío no son los limoneros.