El Houb


Esta es una película de la que se han guardado pero que muy mucho de poner el trailer en los cines neerlandeses y siendo una peli local, es muy raro y mi teoría es que no quieren molestar y cabrear a los terroristas musulmanes, que suelen ser visitantes asiduos de los cines y entre ellos, el marikitismo es algo impensable, es propio de los occidentales pero no de una raza superior como la suya. Cuando fui al cine, por descontado, en la sala no había un solo moro, de hecho, si buscas un lugar seguro y en el que no quieres verte rodeado de miasma jalal jalal, las sesiones de esta película son tu mejor opción. Se titula El Houb y en España jamás se verá, que todos sabemos que el presidente de España le chupa los güevos y la polla al rey moro todos los días al menos dos veces. De estrenarse, el título se puede traducir como truscoluña no es nación.

Un julay se olvida de trancar la puerta por dentro y es arrancado del armario recién acabado el chimpún en su chocho de hombre

Resulta que un pavo moro que tiene éxito laboral y tal y tal también es julandrón, pero en su familia no lo saben. Un día el padre, que es cartero, va a su keli y cuando le abre la puerta un maromo negro y ve detrás al hijo tapándose con el edredón, el viejo sale por patas y el hijo tiene que hacer el paseíllo de la vergüenza, ir a la keli de sus viejos y decirle a la madre que a menos que sea con un macho negro y africano, que él no se casa ni de coña con una pelandusca. La madre se lo toma fatal y lo echa y él se encierra en el cuarto de Harry chapaPotter debajo de la escalera, les corta la luz y el agua y se niega a irse hasta que se hable todo, que entre los moros lo de hablar no es algo que se hayan estudiado en el catecismo terrorista de ellos. En el barrio, mientras tanto, el resto de la comunidad mora piensa que están pasando hambre y miseria y se dedica a traerles comida, dinero y agua para que sobrevivan. O algo así.

Esto no funcionó para nada conmigo porque es más bien como una obra de teatro. Salvo por la escena en el apartamento del pavo con el maromo negro, después estamos todo el tiempo entre el salón, la cocina y el cuarto debajo de la escalera y es agobiante y lo peor es que prácticamente no pasa nada, es repetir y tripitir y cuatripitir las mismas escenas, con los vecinos trayendo agua, comida y dinero, la madre que resulta ser un cafre que no veas y mucho más radical e japuta que el marido, el otro hijo, al que siempre han tenido como la oveja negra y que ahora descubre que lo suyo, comparado con lo de su hermano, es un pecado venial. El africano, mientras tanto, como que se le está enfriando el cipote y lo que quiere es empetársela al otro por el orto y no sacarla hasta que llegue la primavera. El guion está estirado como el chicle, esto es más bien un corto que alargaron hasta los cien minutos y agota tanto drama familiar y tanto dramatismo, tanto del hijo julandrón como de la madre, que es chusma y gentuza de la peor. Interesante ver a esa raza tan superior que es la marroquí, que tienen rey julandrón que no veas y ellos lo niegan, enfrentándose a una realidad que ellos simplemente se niegan a aceptar, pero eso no fue suficiente para mantener la peli. No puedo decir que ninguno de los actores hizo una gran interpretación porque es que tenía unas ganas que terminara que no veas y estaba cansadito del julandrón, la madre que lo parió, el padre, el hermano y el pollaboba que siempre está en la puerta de su keli y que entraba a cada momento intentando averiguar que pasaba allí.

No veas la suerte que tienen los miembros del Clan de los Orcos que jamás se verán en la tesitura de huir de una sala en la que la estén dando. Es probable que algunos sub-intelectuales con GafaPasta vayan a verla y les mole, es como ir al zoológico, te paras delante de las jaulas y te haces el intelectual viendo el comportamiento de los animales y esto viene a ser eso mismito, pero con marroquíes y en la comodidad de una sala de cine.


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