El misterio del peso


En los Países Bajos, salvo que vayas a un hotel, el concepto de la sábana encimera no existe, aquí solo hay sábanas bajeras, incluso en la tienda esa sueca. Es algo que cuando llegué hace un par de décadas me sorprendió. Igual en el pasado no eran necesarias, teníamos inviernos fresquitos y veranos fresquitos, pero ahora la cosa está cambiando y lo de usar el edredón en verano es prácticamente mortal. Yo lo solucioné, hace unos años, trayéndome una sábana encimera desde España, algo que en mi última visita completé con un juego completo de sábanas y fundas de almohadas, que me permiten dormir como lo había hecho toda la vida en las Canarias, con mis sabanitas y sin más.

Hablando con un colega que se quejaba de dormir fatal por culpa de la caló tan dañina, le explico el concepto y el chamo me mira como si yo fuera la reencarnación de un truscolán que viaja habitualmente en portabultos y me dice que él jamás podría dormir así, que si no hay un edredón que lo tape, no hay peso y que sin un peso sobre tu cuerpo, NO SE DUERME. A su mirada, tras su respuesta, yo lo miraba como si fuera retardado pero de profundidad abisal, que vamos, en las Canarias se dormía con tus sabanas sin problemas en verano y yo jamás dejé de quedarme dormido por no tener un peso sobre mi cuerpo. Otro colega que escuchaba la conversación, rubio como el primero, me mira y me pregunta si se pueden comprar esas sábanas en los Países Bajos, que no se puede, pero le digo que a través de cierta tienda ondeline con nombre de río sudamericano, las puede comprar y se las traen a la puerta de su keli, prácticamente en menos tiempo del que se tarda en hacer una digestión después de comer un plato de callos con cuarenta grados de temperatura. El chamo lo hizo y una semana más tarde me manda una foto de su cama, algo que yo hubiera preferido no llegar a ver en mi vida, que la gente ahora es que no tiene vergüenza y sé de uno que se hizo un tatuaje en un brazo, me manda vídeo y yo le pregunto si había tanta necesidad de grabar el puto vídeo en pelotas, que lo que vi, ya no lo puedo borrar de mi memoria. En fin, que el chamo que me manda la foto de su cama me dice que tanto él como su hembra están durmiendo de puta madre, sin calufa ninguna, que aquello es el invento del milenio y que ya mismo han encargado para las camas de sus hijos, que esto es prácticamente mágico.

Yo le reenvío el mensaje al del peso y le digo que ya somos tres los que no tenemos ningún problema para dormir con el peso de un edredón encima, que como seres humanos superiores que somos y hemos sido de siempre, hemos evolucionado y ahora dormimos hasta sin peso y que él, con el cambio climático este que no existe, o se instala un aire acondicionado en su dormitorio, o cualquier día se lo encuentra muerto en el catre y más sudado que el coño de la Veneno por culpa de su cabezonería con lo del peso de los edredones.

Como solo tengo un juego completo de sábanas, las quito, las lavo, se secan en un par de horas con las temperaturas veraniegas y las vuelvo a poner y la mucama, cuando le mandé un mensaje diciéndole que tendiera la ropa en el jardín y no me hiciera la cama, la mujer pensó que es que estaba haciendo algo mal y le tuve que explicar que como solo tengo un juego, están en uso intensivo durante estos dos meses, hasta que me compre otro juego y las pueda alternar.

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7 respuestas a “El misterio del peso”

  1. Cuanto tienen que aprender de nosotros los cabeza queso.
    De todas las formas, el del peso tiene lo suyo.

  2. A pesar de las sucesivas holas de calor que constantemente anuncian en la tele que azotan a la mayor parte de Carpetovetonia, yo sigo durmiendo con mi edredón de Otoño y tan agusto… 🙂
    Salud

  3. Pobrecillo lo mal que te pagan en esa empresa que no puedes ni tener un juego de sábanas de repuesto…

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